Los fármacos utilizados como tratamiento contra la Covid-19 se readaptan sin hipótesis, por lo que no ofrecen un tratamiento eficaz contra el coronavirus a pesar de que se han gastado millones de dólares en ello. Así lo afirman los científicos Aled Edwarsd e Ingo Hartung en una Perspectiva publicada en la Revista Science.

Por ello, resulta necesario emplear más tiempo en ampliar las inversiones destinadas a desarrollar de manera racional medicamentos antivirales de acción directa. Este proceso resulta menos arriesgado y también puede servir para desarrollar nuevos fármacos contra los virus emergentes.

En relación con esto, Edwards y Hartung subrayan un estudio publicado en el mes de junio, también en la revista Science, que informaba de que un tipo de fármacos que habían resultado antivirales contra el coronavirus en células presentaban un funcionamiento inespecífico a través de la fosfolipidosis, por lo que tenían pocas posibilidades de resultar eficaces in vivo.

Del mismo modo, los científicos descubrieron que este artefacto también se había utilizado con otros fármacos reutilizados y usados en pacientes, como la hidroxicloroquina. Todo ello sirve para ratificar la necesidad de rigurosidad científica por encima de la presión de una pandemia.

Por ello, Edwards y Hartung recomiendan que todos los resultados obtenidos por medio de pruebas de detección, tanto si proceden de ensayos bioquímicos o celulares como si se debe a nuevos medicamentos o compuestos aprobados, se traten con estricto escepticismo.

Así, resaltan la complejidad a la que se enfrentan los cribados de fármacos para determinar compuestos que actúen de forma sutil o mediante mecanismos de confusión desconocidos. Este reto se puede superar estudiando las relaciones estructura-actividad (SAR).