Las infecciones resistentes a los antibióticos, consideradas como las mayores amenazas para la salud, cuentan con muy pocas opciones terapéuticas. Entre ellas, se incluyen la tuberculosis farmacorresistente, que cada año mata a unas 250.000 personas. Una vez que el organismo contrae cualquiera de estas enfermedades, su muerte puede producirse en días. En cambio, el desarrollo de su tratamiento puede requerir de grandes periodos de tiempo.

Además, la OMS ha identificado 12 clases de patógenos prioritarios, algunos de ellos causantes de enfermedades como la neumonía o las infecciones en las vías urinarias, que son cada vez más resistentes a los antibióticos existentes y requieren con urgencia nuevos tratamientos.

Es necesario aumentar las inversiones en estas investigaciones. Éstas, pueden ser en un futuro las principales causas de muerte y pueden provocar la vuelta al pasado: cuando temían por enfermedades ya erradicadas.

En este informe de la OMS, se nombra a 51 nuevos antibióticos y biofármacos, que están en fase de investigación, que podrían usarse para tratar infecciones causadas por estos patógenos, además de la tuberculosis y las enfermedades diarreicas provocadas por 'Clostridium difficile', que pueden llegar a ser mortales. Sin embargo, solo ocho de estos nuevos antibióticos han sido clasificados como posibles alternativas válidas a los antibióticos actuales.

Desde la OMS, denuncian la existencia reducida de opciones terapéuticas para la “Mycobacterium tuberculosis” multirresistente y ultrarresistente y contra bacterias gramnegativas, entre ellas enterobacterias (como 'Klebsiella' y 'E. coli') y 'Acinetobacter' que pueden causar infecciones graves y pueden ser muy peligrosas en los hospitales y en las residencias de personas mayores.