Para llevarlo a cabo han experimentado tanto en modelos de enfermedad de ratón como en personas a través de un ensayo clínico de Fase I y, de este modo, han desvelado que los tumores de mama triple negativos, que son los más agresivos y los que tienen menos opciones de tratamiento, podrían tratarse en el futuro con un medicamento que corta las 'líneas de comunicación' entre las células normales y las tumorales.
El trabajo, que se ha publicado recientemente en la revista 'Nature Communications', investiga el papel de las células no cancerosas que, junto con las células cancerosas, forman parte de cada tumor mamario. Así, analiza la producción genética de miles de células individuales dentro del tumor.
Los resultados muestran que las células cancerosas envían señales a las células vecinas no cancerosas, llamadas fibroblastos asociados al cáncer o CAF. Y los CAF devuelven sus propias señales que ayudan a las células cancerosas a volverse resistentes a los medicamentos y entran en un estado peligroso, que recibe el nombre de 'stem-like'.
Lo que han hecho los investigadores es interrumpir la línea directa entre los CAF y las células cancerosas mediante el uso de un medicamento llamado SMOi, que va hacia los CAF y les impide empujar las células tumorales hacia un estado similar a 'stem-like'. En modelos de ratón con cáncer de mama triple negativo, el tratamiento con SMOi redujo la diseminación del cáncer, frenó el crecimiento tumoral, aumentó la sensibilidad a la quimioterapia y mejoró la supervivencia.
Debido al éxito en ratones, decidieron llevar a cabo un ensayo clínico de Fase I en doce pacientes avanzados con cáncer de mama triple negativo, que habían recaído tras haberse tratado con quimioterapia anteriormente. Se les suministró SMOi y un medicamento típico de quimioterapia para ver los pacientes toleraban la combinación.
El tratamiento de combinación no detuvo la progresión del cáncer en nueve pacientes, sin embargo, la enfermedad se estabilizó en dos pacientes y los tumores desaparecieron por completo en otro. "Observamos que los participantes en el ensayo que respondieron mejor al tratamiento fueron los que presentaron pruebas de los niveles más altos de comunicación entre los CAF y las células tumorales. Sugiere que podría ser posible en el futuro identificar a los pacientes que responderían mejor a este enfoque", declaran los científicos.
Ahora están trabajando en el diseño y financiación de ensayos de Fase II para probar la efectividad de este tratamiento en un grupo más amplio de pacientes. Y también tienen planes para investigar el cáncer de próstata.