Según informó la sociedad científica, cada año más de 34.000 personas son diagnosticadas de cáncer de pulmón en España y en la mayoría de los casos la enfermedad se detecta en fases avanzadas. Es la primera causa de muerte por cáncer en España, y una de las principales causas de mortalidad por cáncer en todo el mundo.
En este contexto, el 'Proyecto Cassandra', impulsado por la Separ, con el apoyo de Johnson & Johnson MedTech, estudia la necesidad urgente de implementación de un programa de cribado de cáncer de pulmón en el sistema sanitario español. Su principal objetivo es reducir la mortalidad por cáncer de pulmón mediante la detección precoz, utilizando tomografía computarizada de baja dosis (LDCT).
El coordinador del proyecto, el doctor Luis Seijo, explicó que el programa "consiste en la realización de pruebas de imagen, que son TACS de baja dosis, para intentar detectar no solo el cáncer de pulmón, sino otras patologías asociadas al tabaquismo". El cribado permite identificar tumores en etapas iniciales, cuando los tratamientos son más eficaces y las posibilidades de supervivencia aumentan de forma notable. Asimismo, el doctor Seijo recordó que "lo habitual es que el cáncer de pulmón se detecte en estadios tardíos. En concreto suelen detectarse en el 80% de los casos en estadios III y IV. En nuestro programa el 80% de casos se detectaban en estadios iniciales".
Evidencia científica
La experiencia internacional refuerza los resultados del cribado. El Programa Internacional de Acción Temprana contra el Cáncer de Pulmón (I-Elcap), que cuenta con más de 80 centros en todo el mundo (tres de ellos en España), y 20 años de trayectoria, demostró que la detección temprana mediante LDCT puede cambiar radicalmente la supervivencia de los pacientes. "Cribamos a 90.000 personas, aproximadamente, y detectamos unos 1.200 cánceres de pulmón, de los cuales el 81% sobreviven gracias a que se detectó el cáncer a tiempo", explicó el doctor Seijo. Por el contrario, la supervivencia media de los pacientes diagnosticados fuera de programas de cribado se sitúa entre el 12 % y el 17%, lo que evidencia el impacto de la detección precoz en la reducción de la mortalidad.
En 2024 en España, el cáncer de pulmón fue la segunda causa de muerte específica, solo por detrás de la cardiopatía isquémica. La mayoría de los casos se diagnostican en fases avanzadas, con lo que la supervivencia neta a cinco años apenas supera el 15%. Cuando un cáncer de pulmón es diagnosticado en fases precoces, los pacientes pueden acceder a una cirugía de resección pulmonar que aumenta considerablemente la supervivencia. En España, continúa siendo el tratamiento de referencia en los casos diagnosticados en fases tempranas, con unas 8.400 cirugías anuales.
En los últimos 15 años, la cirugía torácica ha evolucionado de forma significativa, incorporando técnicas mínimamente invasivas que reducen la morbilidad y mejoran la recuperación de los pacientes. En esta línea, el coordinador del 'Proyecto Cassandra' y director PII Oncología Torácica de la Separ, el doctor Juan Carlos Trujillo Reyes, subrayó que el cribado marca un antes y un después en la supervivencia de los pacientes. "Es un cambio radical en cuanto a la supervivencia: aumenta muchísimo. Estamos hablando de que, en los estadios localizados, alrededor del 60–65% de los pacientes están vivos a los 5 años. En los más localmente avanzados o avanzados, en cambio, apenas alcanza el 5%". Por lo tanto, los expertos confirmaron que el cribado del cáncer de pulmón no solo salva vidas, sino que también representa una inversión coste-efectiva para el sistema sanitario. Detectar la enfermedad en fases iniciales permite aplicar tratamientos menos invasivos y con mayores tasas de éxito, lo que reduce el uso de recursos sanitarios asociadas a tumores avanzados