Así se desprende de los resultados de una revisión de estudios que publica la revista 'Journal of Music Therapy', en el que se analizaron múltiples contextos clínicos, desde hospitales a centros de cuidados paliativos.

Así, se revisaron 97 ensayos controlados aleatorios realizados entre 1995 y 2014, y que incluyeron un total de 9.147 participantes. La mayoría analizaban los beneficios de la musicoterapia, que conlleva la interacción con un músicoterapeuta, mientras que también había estudios que analizaban la medicina musical, basada en la exposición a experiencias musicales grabadas.

El objetivo primordial de estos estudios era comprobar si tenía algún efecto sobre la intensidad del dolor de los participantes, su angustia emocional, algunos signos vitales y la cantidad de medicamentos utilizadas para aliviarlos.

Muchos de los participantes pudieron escoger la música que querían escuchar y predominaba: la música clásica, el jazz o el rock suave. De media escucharon unos 38 minutos. 
Las personas que se sometieron a una intervención, con música, valoraron la intensidad de su dolor aproximadamente con un punto menos en una escala del 1 al 10, en comparación con los pacientes que no recibieron música.

Siete estudios encontraron una disminución significativa en el uso de analgésicos en los pacientes 'tratados' con música, con diferencias pequeñas pero significativas en los estudios que distinguieron entre analgésicos opiáceos o no opiáceos.

Por otro lado, la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la tasa de respiración fueron más bajas entre los participantes de grupos musicales en algunos estudios. De igual modo, la música estimuló otros sentidos además de los receptores del dolor, ya que alivió el estrés y la ansiedad.