El melanoma se sitúa como la principal causa de mortalidad entre los distintos tipos de cáncer de piel. De esta forma, esta patología supone cada año el fallecimiento de más de 900 personas, y la detección de más de 6.000 nuevos casos.

Con motivo del Día Mundial del Melanoma, que se conmemora el 23 de mayo, la Organización Mundial de la Salud ha subrayado el aumento en la cifra de nuevos casos anuales, durante los últimos 30 años. Así, calculan que en 15 años la prevalencia de esta enfermedad supondrá más de 388.000 casos, además de casi 100.000 muertes relacionadas.

No obstante, como destacan los informes de 2019 elaborados por la Sociedad Europea de Oncología Médica se ha producido también una importante mejora en los tratamientos contra este cáncer. A través de tratamientos como inmunoterapia o medicina de precisión, se estaría logrando la supervivencia a largo plazo de cada vez más pacientes con melanoma en fases avanzadas.

Un hecho que en la actualidad habría logrado aumentar la supervivencia de todo tipo de pacientes; incluidos aquellos que presentan metástasis durante, al menos, tres años desde que se comenzara a realizar el seguimiento tras el tratamiento.

Si bien se trata de un tipo tumoral que depende de factores como antecedentes genéticos, o la presencia de lunares atípicos, otro de los principales factores de riesgo sería la exposición a los rayos del sol.

En este caso, los expertos recomiendan una correcta protección ante los rayos UV; así como la identificación de los síntomas iniciales de esta enfermedad oncológica. El último punto, además, puede suponer la diferencia entre una enfermedad en fases muy avanzadas, más difícil de tratar; o en fases iniciales, con un pronóstico mucho más positivo.