El Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2021) ha elaborado un estudio que afirma que las personas jóvenes que fuman, presentan obesidad o padecen hipertensión o diabetes tienen más posibilidades de sufrir un ataque cardíaco.

En este sentido, a pesar de que los antecedentes paternos de un ataque cardíaco prematuro constituyen un factor de riesgo a la hora de sufrir infartos a temprana edad, no son el único factor que influye.

Por ello, la prevención del tabaquismo y la obesidad en la infancia puede disminuir las posibilidades de padecer enfermedades cardíacas a una edad joven.

Para realizar el estudio, se compararon las características de individuos de 45 años o menos que habían ingresado en el hospital por infarto agudo con las de otro grupo de individuos seleccionados al azar de la población general.

Tanto los casos como los controles se emparejaron por edad y sexo. Así, en los resultados se apreció que la población joven que había sufrido un infarto era de un 82,4% frente a un 24,1% de la población a nivel general.

En este sentido, los pacientes tenían más posibilidades de desarrollar hipertensión arterial, diabetes o presentar antecedentes parentales de infarto prematuro con respecto al resto de la población. Además, algunos presentaban obesidad, con un 28,4 kg/m2 de índice de masa corporal (IMC), frente a un 25,5 kg/m2 de los controles.

Sin embargo, el consumo de alcohol de hasta cuatro veces por semana era mayor en el conjunto de la población frente a los pacientes con problemas cardíacos. Por ello, los científicos analizaron los factores de riesgo de infarto agudo en pacientes de 45 años o menos.

De este modo, descubrieron que la hipertensión elevaba las posibilidades a un 85%; por su parte, el tabaquismo tenía un 12% de posibilidades; la diabetes mellitus, un 5%; los antecedentes paternales, un 3%; y la obesidad, un 2%. Sin embargo, el consumo de alcohol evidenció menos posibilidades de sufrir un infarto prematuro.