La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y el tabaquismo es uno de sus factores de riesgo más conocidos y que además, puede evitarse.
Ene Hillert, del Instituto Karolinska en el Hospital Solna de la Universidad de Karolinska, Estocolmo, Suecia, y los coautores de este estudio analizaron a pacientes con esclerosis múltiple en Suecia  que fumaban en el momento del diagnóstico, unos 728 aproximadamente, de los cuales 216 tuvieron un considerable empeoramiento.

Entre los 728 fumadores, 332 fueron clasificados como "continuadores", es decir, que seguían fumando desde el año después del diagnóstico, y 118 dejaron de fumar el año después del diagnóstico. También se incluyeron datos sobre 1.012 pacientes que nunca habían fumado.

Con este nuevo estudio y tras analizar todos los datos, los investigadores concluyen que cada año adicional de fumar después del diagnóstico de estos pacientes, acelera el tiempo de conversión de la enfermedad como enfermedad progresiva en un 4,7%.

"Este estudio demuestra que fumar después del diagnóstico de EM tiene un impacto negativo sobre la progresión de la patología, mientras que reducir el tabaco puede mejorar la calidad de vida del paciente, con más años antes de que progrese a la enfermedad. 

En consecuencia, la evidencia apoya claramente aconsejar a los pacientes con esta enfermedad que fuman que dejen el hábito. Los servicios de salud para los pacientes con esclerosis múltiple deben organizarse para apoyar ese cambio de estilo de vida", concluye el estudio.