La investigación, liderada por científicos de la Universidad de Glasgow (Escocia) y publicada en la revista Science, tiene como resultado principal la creación de un sistema que produce un modelo personalizado para la síntesis de fármacos utilizando unos módulos de plástico que pueden ensamblarse con facilidad y con un coste bajo.

Los autores del estudio han explicado que las plantas centrales de fabricación de medicamentos son caras de mantener y reutilizar para la producción de los diferentes medicamentos.

El software se utiliza para identificar las reacciones químicas y los procesos necesarios para cada medicamento, y después se crean las cámaras y los componentes ideales con una impresora 3D económica, que cuesta aproximadamente 2.000 dólares.

Beneficios de la impresión 3D

Los investigadores probaron la capacidad del sistema para producir baclofeno, un relajante muscular, y descubrieron que podían usarlo para preparar el medicamento a partir de “tres sencillos pasos”: identificación de las reacciones químicas y procesos, traducción a modelos 3D y creación.

Para los autores, este sistema tiene “múltiples beneficios”, entre los que destacan el acceso universal, una distribución más eficiente y un abaratamiento de los precios.