El uso de medicamentos caducados es una práctica más común de lo que se cree, pero también peligrosa. Así lo alerta el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, que advierte de los riesgos de eficacia reducida y posibles daños para la salud que puede provocar la administración de fármacos tras su fecha de caducidad. Pablo Caballero, farmacéutico del área de divulgación científica de esta entidad, explica que ningún medicamento debe utilizarse una vez superada su fecha de caducidad, incluso si no muestra signos visibles de deterioro.
Uno de los principales peligros que se destacan no es tanto la toxicidad inmediata, sino la pérdida de eficacia del principio activo. Esto puede resultar especialmente problemático en tratamientos para enfermedades crónicas, infecciones, o situaciones que requieren precisión terapéutica. “Un medicamento que ha perdido potencia no solo no cura, sino que puede dar una falsa sensación de seguridad al paciente”, subraya Caballero.
Además, algunos medicamentos sí pueden generar sustancias tóxicas al degradarse. Es el caso de ciertos antibióticos con tetraciclinas, cuya descomposición puede derivar en compuestos dañinos para los riñones, una situación que pone en riesgo la salud renal del paciente y que puede ser grave si no se detecta a tiempo.
Atención especial a colirios, jarabes y multidosis
Caballero advierte especialmente sobre los colirios y gotas oftálmicas, productos que, aunque no hayan alcanzado su fecha de caducidad, pueden contaminarse rápidamente una vez abiertos. Estos medicamentos suelen tener un periodo de validez muy corto tras la apertura, que puede ir desde pocas horas hasta unas pocas semanas, y que siempre debe ser consultado en el prospecto.
Lo mismo ocurre con los jarabes, cremas, sprays nasales o inhaladores multidosis, que al abrirse y reutilizarse se exponen al aire, humedad y microorganismos del entorno. Estos factores pueden afectar tanto a su efectividad como a su inocuidad. “Reutilizar un jarabe abierto hace meses o un colirio sin conservar correctamente es una puerta abierta a infecciones”, señala el farmacéutico.
Conservación: clave para preservar la eficacia
La forma en que se conservan los medicamentos también influye en su durabilidad y eficacia. Muchas personas los guardan en lugares poco apropiados, como la cocina o el baño, espacios donde la humedad y los cambios de temperatura son frecuentes. Estos factores pueden alterar la composición química del medicamento incluso antes de que alcance su fecha de caducidad.
Por eso, los farmacéuticos recomiendan conservarlos siempre en lugares frescos, secos y protegidos de la luz, manteniéndolos en su envase original junto al prospecto para disponer siempre de la información sobre su correcta administración y conservación. También es importante respetar indicaciones como “conservar en nevera” o “no superar los 25 °C o 30 °C”.
¿Caducado o simplemente abierto?
Caballero recuerda que existe una diferencia clave entre la fecha de caducidad y el periodo de validez tras la apertura. La fecha de caducidad, impresa en el envase, garantiza que el medicamento mantiene todas sus propiedades hasta ese momento si se conserva en condiciones óptimas. Sin embargo, una vez abierto, muchos medicamentos inician un nuevo “reloj de cuenta atrás” de validez, que puede ser mucho más corto y que también debe observarse estrictamente.
Desecho responsable: el papel de los puntos SIGRE
Finalmente, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos insiste en la importancia de no tirar medicamentos caducados a la basura convencional ni al desagüe, ya que contienen sustancias químicas que pueden contaminar suelos y aguas. La alternativa correcta son los puntos SIGRE, disponibles en todas las farmacias, que permiten una recogida segura y un tratamiento medioambientalmente responsable de los residuos farmacéuticos.
La recomendación es clara: ante cualquier duda sobre la validez de un medicamento, no usarlo y consultar al farmacéutico. Preservar la salud también pasa por mantener un botiquín doméstico seguro, actualizado y correctamente gestionado.