Según Carlos Ríos (el creador del movimiento realfooding), vivimos en un Matrix de la alimentación, porque no comemos comida real, sino productos que han puesto ante nuestros ojos. El libro ‘Come comida real’ (Paidós, 2019) intenta que los abramos.

Y nos da a elegir, como en Matrix, entre tomar la pastilla azul y creer lo que quieras creerte, como que el embutido de pavo light es realmente sano. O escoger la roja y aprender hasta dónde llega el engaño de la industria alimentaria.

Ultraprocesados: los reyes de nuestra dieta

Con un entorno perfectamente diseñado para el consumo, los reyes de los productos insanos son los "ultraprocesados". Es decir, alimentos elaborados a partir de otros, sintéticos o incluso con técnicas químicas, que suelen ser negativos para nuestra salud, muy pobres en nutrientes y con muchas calorías. Por ejemplo, ese pavo light, del que hablábamos antes, sólo tiene un escaso 60 por ciento de fiambre.

Y en unos gusanitos rojos con sabor a queso hay solo un 76 por ciento de sémola de maíz. El resto es aceite, aroma de queso, E 627, E 621, E 631, cloruro potásico y colorante.

El problema es que los ultraprocesados suelen tener más publicidad que un simple calabacín. Aunque éste sea mejor para nuestra salud. Y no se engañen: el pan blanco tampoco es nuestro amigo. Tiene harina de trigo, levadura, aceite de girasol y sal, pero también E 472, E 481, E 282, E 200 y E 270.

El procesado de los alimentos ha ido más rápido que nuestra capacidad para adaptarnos a ellos, y a pesar de todo eso, hay auténticos "panadictos". La clave está en volver a la comida tradicional. Como explica el libro de Carlos Ríos.

Apostar por lo mínimamente procesado, por la comida de nuestras madres y abuelas, mejor si en las etiquetas hay menos de 3 ingredientes. Esa es la clave para salir de Matrix.