Milena Busquets

Editorial: Anagrama

Año de publicación original: 2024

El pasado nos acompaña, camina detrás de nosotros. Y es una especie de sombra que se proyecta en la obra de Milena Busquets. Una vez más, la figura de su madre copa buena parte de este diario de escritura, la de su fallecida progenitora y también su propia maternidad.

De hecho, el libro comienza con la frase "Ya no tendré más hijos". Pero también recoge esas experiencias y emociones del día a día que parecen banales pero que, con reflexiones puntiagudas y sosegadas, a veces frívolas y otras divertidas, acaban teniendo una consistencia inusitada.

Desde la pasión de los amores pasajeros a los entresijos de los oficios editoriales, pasando por los retos del otoño de nuestras vidas, la muerte, el fracaso, los proyectos que nos mueven y la familia. Son algunos de los temas que forman parte de los cimientos de su vida que también edifican el relato.

En 'Ensayo general', Milena Busquets va hilando ideas de aparente ligereza con un amplio trasfondo

El libro es un compendio de reflexiones en el que no da puntadas sin hilo. Es de hecho ese hilo conductor uno de los valores clave del libro. Esa savia que vertebra el relato va hilando ideas de aparente ligereza con un amplio trasfondo. Milena Busquets nos conduce por una suerte de espeleología en lo más profundo de su psique. Nos va proyectando imágenes que, como en el mito de la caverna, irán cobrando peso y formas para ayudarnos a conocer su biografía de manera multidimensional.

El resultado es como esos recortables de muñecas de papel que había que vestir con vestidos con pestañas. Con ellos no es que descubramos las estéticas de la autora sino más bien su armario, un inventario de todos esos recuerdos que nos van a completar su autobiografía, contada desde sus sensaciones y pensamientos cotidianos. El catálogo completo de sus grandezas y miserias, contempladas desde su propia mirada.

Maternidad

Gran parte del libro es un sentido homenaje a su madre, la editora Esther Tusquets. El vacío que deja con su muerte se va llenando con una aproximación delicada y progresiva a su figura. Así va respondiendo a muchas preguntas con las que ha crecido, llevándonos de la mano por sinuosos senderos por los que transita con la duda manifiesta de si su madre la quiso o no "a su manera".

El libro es una invitación a hacer las cosas peor, a vivir la vida como si fuera un 'Ensayo general'

Y con destellos de humor, como ese décimo aniversario de la muerte de su madre que celebra, en realidad, en la fecha que no era. Detalles que aportan interesantes reflexiones sobre la pérdida, como ya hizo en su anterior novela, Gema.

Pero es un homenaje de ida y vuelta, también a sus hijos Héctor y Noé a los que dedica el libro en la primera página. Les incluye en el relato con sus observaciones e incluso recoge el orgullo que siente de que se hayan convertido en hábiles contadores de historias.

Y es que cualquiera se puede ver reflejado en las imágenes que dibuja Milena Busquets. Apela a los miedos, situaciones y verdades más dolorosas a las que nos enfrentaremos en nuestra vida. A ese conjunto de vivencias y expectativas con las que nos hemos podido vestir casi a diario, pero el espejo nos devuelve esa imagen desmontada.

Es una invitación a hacer las cosas peor, a vivir la vida como si fuera un Ensayo general, como describe en el capítulo final: "Ensayaremos con la mejor fe posible y la próxima vez o dentro de mil veces, lo haremos mejor, y un día no muy lejano, lo haremos perfecto".

Revisitando su pasado

Su relato es una suerte de cárcel en la que apetece ingresar desde la imagen de la portada, esos sesenteros veranos en Tossa de Mar (que quizá aludan a su madre). Cárcel porque una parte de nosotros va a quedarse ahí, en esas reflexiones, un buen tiempo. Pero siendo fieles a la historia, quizá sea más acertado presentar este esbozo biográfico como ese campamento de verano de la infancia. Un paréntesis, en el que nos presuponemos generadores de momentos felices, que no queremos que llegue a su fin.

Cada línea destila una melancolía apetecible. Es un buffet libre de recuerdos felices y agridulces que van a dejar un regusto delicioso y una digestión enriquecedora. Hay sabiduría en sus pensamientos. Por momentos evoca a Nora Ephron y sobre todo a Annie Ernaux, por poner a disposición de los lectores con infinita generosidad todo su universo íntimo.

De hecho, revela que en su casa atesora una pila de libros de la escritora francesa y el enfado que le produjo descubrir que uno de sus amigos al ver la torre preguntase quién era "esa Annie Ernaux".

Su escritura es esa pomada capaz de sanar también nuestras angustias existenciales

Su escritura autobiográfica recuerda al cuadro de Dalí, la 'Muchacha en la ventana' observando Cadaqués. Una mirada contemplativa y reflexiva en la que repasa una a una las vicisitudes de su vida. Con metáforas gloriosas como "el mejor baño del verano", porque ¿a quién no le gusta zambullirse en el mar? Nos interpela en la analogía de proyectar en esos baños el mejor momento estival para después desmontar nuestras expectativas: "hay años enteros en los que no pasa nada, en los que simplemente no nos es dado el mejor baño del verano. No son años perdidos, la vida tiene una manera particular de derramarse y despilfarrarse cuando somos felices y de recogerse y esperar en la adversidad".

Su manera de lamerse las heridas aporta las claves de su savoir faire. Su escritura es esa pomada capaz de sanar también nuestras angustias existenciales. Porque "todos dejamos una obra completa". Revela, de hecho, que su vocación de escribir nace de "ese don y ese deseo, el de ver las cosas y nombrarlas" y en Ensayo general demuestra con creces tener las palabras exactas para que su mirada se convierta en literatura de alta calidad para retratar la realidad con las palabras exactas.