Jaime Palomera

Editorial: Península

Año de publicación original: 2025

La vivienda en España se parece cada vez más a un Monopoly amañado​. Cuando pasamos por sus casillas, vemos que casi todas las calles del tablero tienen dueño. Así que nos toca pagar mucho para vivir en ellas o (con suerte) endeudarnos hasta la vejez para poder tener una en propiedad. El desenlace es "una sociedad cada vez más desigual, en la que heredar o no un piso puede definir tu destino"​.

Este diagnóstico tan desolador sirve como punto de partida para El secuestro de la vivienda, escrito por Jaime Palomera. Es un ensayo corto pero tremendamente interesante porque en él se investigan las causas de esta crisis de la vivienda en la que, sin haber burbuja, la escalada de precios parece no tener fin.

Es un ensayo corto en el que se investigan las causas de esta crisis de la vivienda en la que la escalada de precios parece no tener fin

Palomera no es un cualquiera para meterse en este berenjenal. Es doctor en Antropología Económica por la Universitat de Barcelona y, además, cofundador del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA)​. Vamos, que si alguien sabe de lo que habla en estas lides es él.

Y ya no es que tenga conocimientos académicos para poder escribir un ensayo sobre el problema de la vivienda, es que tiene experiencia sobre el terreno. Su participación en movilizaciones ciudadanas (desahucios en barrios populares) y estudios científicos dotan de una credibilidad y urgencia al análisis que presenta en esta obra que no podría tener de ninguna otra forma.

Ni oferta ni demanda

El autor desmota los mitos que rodean mercado de la vivienda en nuestro país​. Para empezar, rechaza la idea de que estemos ante un mercado libre en el que el precio esté subiendo siempre por falta de oferta. No es que no se construya, es que es el propio Estado el que ha favorecido la especulación inmobiliaria. Señala, por ejemplo, que quienes tienen muchas casas reciben subvenciones fiscales que "encarecen los precios y dificultan a la clase media el acceso"​.

Frente a los discursos que culpan a la demanda social, destaca cómo el propio sistema fiscal y las ayudas públicas han alimentado la carrera especulativa. Es un mercado intervenido "en favor del rentismo"​, de modo que las viviendas se usan como activos financieros y no como bienes de primera necesidad.

Es un mercado intervenido donde las viviendas se usan como activos financieros y no como bienes de primera necesidad

Es decir, eso que señala la Constitución de "derecho a una vivienda digna" es muy bonito sobre el papel pero es una mentira. Palomera lo llama neofeudalismo. Es decir, como en la Edad Media, donde los vasallos le pagaban al noble con trabajo para que este le dejase vivir dentro de su propiedad, hoy vamos camino de pagar a grandes millonarios o empresas depredadoras una cantidad indecente de dinero por poder vivir en un piso cada vez más pequeño y nada más. Ni ocio, ni disfrute. Trabajar para sobrevivir.

La realidad es que los fondos buitre y los grandes propietarios acaparan gran parte de los pisos. Los datos son demoledores. El 56 % de las compras de vivienda hoy se pagan a tocateja, sin hipoteca. Es más de la mitad. Y ojo, hay un 15 % de esas compras que están pagadas por inversores extranjeros. Vamos, que las compran para especular como vivienda turística o como activo financiero dejándolas vacías.

Querer es poder

Pero además de señalar el problema, el autor propone soluciones reales. Cita ciudades de éxito como Viena o Singapur para mostrar que sí existen modelos sostenibles de vivienda pública​. Viena, por ejemplo, a través de su fondo de adquisición de terrenos y renovación urbana, reserva parcelas enteras que se destinan para vivienda social y, de esta forma alejarlos de la especulación privada y mantener así los precios asequibles. Por su parte, Singapur, con su programa público de alquiler de viviendas, garantiza a los ciudadanos un techo y se esfuerza por crear un entorno de vida de calidad.

Sin embargo, Palomera no puede quitarle el ojo a lo que pasa en nuestro país. Nuestra situación está en las antípodas de los ejemplos que acabo de citar. Por ejemplo, describe cómo miles de familias trabajadoras vendieron su casa tras la crisis de 2008 para costearse la jubilación, y ese mismo piso pasó a manos de grandes inversores que lo alquilan ahora a precios ridículamente altos​.

Sin cambios de fondo los barrios acabarán convirtiéndose en "cotos privados" al servicio de unos pocos

Concreta también que, en la última década, 1,3 millones de viviendas pasaron del sector privado al alquiler​, procedentes en buena parte de propietarios modestos que las vendieron bajo presión.

Esto no son meras estadísticas, sino hogares desplazados. En conjunto, todos estos ejemplos ilustran que la crisis es estructural. Como advierte Jaime Palomera, sin cambios de fondo los barrios acabarán convirtiéndose en "cotos privados" al servicio de unos pocos.

Corto y sencillo

Todo esto, que puede sonarnos más o menos, está contado de tal forma que no puedes no seguir leyendo. Primero porque Palomera escribe de manera directa y amena​. También porque utiliza metáforas sencillas (comparar el mercado con el Monopoly) y ejemplos cotidianos que facilitan la comprensión. Es un ensayo cortito que va al grano.

Pero claro, al ser conciso, algunos aspectos quedan solo esbozados. Si sois de esos lectores expertos que controlan de este tema, igual echáis en falta un tratamiento más exhaustivo. Este libro no es para vosotros. Es para toda esa gente que se pregunta por qué sus padres pudieron comprarse una casa sin tener que vender su alma al diablo y ellos tienen que alquilar un zulo a precio de mansión teniendo mejores ingresos que ellos. Aquí encontrarán unas cuantas respuestas.

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