Aida González Rossi

Editorial: Caballo de Troya

Año: 2023

Sinopsis: 'Leche condensada' es un nostálgico adiós a la infancia, un repaso sobre las relaciones, el mundo a través de la Game Boy y la Liga Pokemon.

Aida nos invita a transitar con ella el videojuego de su vida, la de una niña de 12 años que vive con su madre en el sur de Tenerife. Tendrá que enfrentarse, pantalla a pantalla, a diferentes retos: la relación con su primo, su mejor amiga y el difícil equilibrio entre guardárselo para sí o hablar sobre lo que le está ocurriendo.

Por qué recomendamos 'Leche condensada', de Aida González Rossi

Echaos a un lado porque llega una turba de bisontes corriendo por las praderas del oeste a toda velocidad. Y este es uno de los bisontes más rápidos, más fieros, más sucios y más listos. En la estampida de mujeres que están copando las primeras páginas de la literatura en los últimos años (Greta García, Marta Jiménez Serrano, Andrea Abreu, Irene Solà, Rosario Villajos...), Aida González Rossi acaba de llegar, pero tiene un puesto principal.

'Leche consensada' es una novela iniciática, el paso a la edad adulta de una niña con mala suerte. En ella, la separación de sus padres, los videojuegos, el inicio en el alcohol, las amistades o internet no son más que excusas que la protagonista teje para no asomarse a lo que realmente le aterra, su interior.

Así, el relato se entreteje como una yuxtaposición de ideas y emociones que a veces hasta parece que cuestan ser verbalizadas y enseguida nos engancha. El resultado final es como un puzle compuesto de miles de piezas que muestra el fiel retrato de cómo es un adolescente en la actualidad.

Lleno de crudeza y realismo además nos invita a pensar sobre la brecha que muchos jóvenes viven en ese momento crucial de la vida, y también a acompañar a la protagonista en su funambulismo entre la vida real y ese mundo a veces idílico que vemos en internet.

Si buscas un libro diferente, arriesgado, provocador y directo a la fibra sensible, esta es tu lectura. Es apelativo, como un: "eh tú, mírame, estoy aquí". Quizá sea una llamada de atención de toda una generación que quiere ser escuchada y tenida en cuenta.