Traductor: Arnau Figueras Deulofeu
Editorial: Planeta
Año de publicación original: 2025
Puede que no seamos el dinero que tenemos en el banco y eso, para quienes tenemos muy poco, es una alegría. No lo decimos nosotros, lo dice Morgan Housel, analista económico y colaborador del Wall Street Journal, que después de La psicología del dineroregresa con este El arte de gastar dineroque ahora se centra, no en cómo generar riqueza, sino en saber qué hacer con ella.
Pero si buscan claves para hacerse ricos al instante, créditos sin comisiones o apuestas seguras, este no es su libro porque como afirma Housel "cada persona es distinta". Si, en cambio, les gustaría saber qué pasa por nuestra cabeza cuando por ella se pasea ese poderoso caballero, entonces quédense que esto es para ustedes.
No es feliz el que más tiene...
Housel explica la relación que existe entre nuestros deseos y nuestra capacidad adquisitva para alcanzarlos. El dinero es muchas veces ese puente que nos une y nos separa de quienes querríamos ser. Aunque saber conseguirlo poco o nada tiene que ver con saber gastarlo. En la búsqueda de una mejor vida nos encontramos con decisiones que afectan de pleno a cómo usamos ese dinero.
El dinero es muchas veces ese puente que nos une y nos separa de quienes querríamos ser
La independencia financiera, la felicidad que puede traer el dinero o la necesidad de comprender un poco mejor quiénes somos, son solo algunos de los elementos que El arte de gastar dinero recorre. Su autor distingue entre quienes son controlados por su abundancia o su falta de dinero. Cuando el capital se convierte en un ser en sí mismo al que debemos alimentar constantemente, realmente, ¿nos ha brindado felicidad o la controla por completo?
Velocidad y avaricia
Para Housel la mejor forma de hacerse rico es hacerlo despacio. Y aunque este eslogan suene menos llamativo que el de los Euromillones o Nueva Rumasa, la diferencia importa y mucho. El economista explica que un ritmo lento muchas veces viene acompañado de un foco interior que ancla la pulsión de acumular riquezas.
Un ritmo lento viene acompañado de un foco interior que ancla nuestra necesidad de acumular riquezas
Ese foco es el que determinará en qué nos gastamos el dinero y cómo lo hacemos, o cuáles son los principales objetivos que queremos alcanzar. El economista firma que "muchos errores financieros se deben a que intentamos copiar a personas que son distintas a nosotros". El dinero es solo aquello con lo que empezamos a dibujar nuestro futuro, no debemos olvidar que el lienzo somos nosotros mismos y cuanto queramos hacer con nuestra vida.
En el centro: la amabilidad
Por recoger el testigo de los preceptos filosóficos universales: arrieritos somos y en el camino nos encontraremos. El refranero español podría soportar esta última idea que Housel comparte con nosotros. Debemos ser amables con quienes están atravesando una mala situación porque nunca sabremos de dónde vendrá nuestra suerte en un futuro.
Debemos ser amables con todo el mundo porque nunca sabremos de dónde vendrá nuestra suerte en un futuro
El economista ilustra esto último con una anécdota, la que vivió el actor Kevin Costner con su amigo, el escritor Michael Blake. Blake atravesó todo tipo de estrecheces económicas, recibiendo la ayuda del actor cuando la necesitaba. Después de años de pobreza, llegando a vivir en la calle, Blake consiguió publicar su novela, Bailando con lobos, que acabaría llevando al cine el propio Costner y catapultando su carrera cinematográfica.
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