Autor: Abdulrazak Gurnah

Editorial: Salamandra

Traductora: Rita da Costa

Año de publicación original: 2005

Pasa algunos años que el premio Nobel se convierte en ese amigo intelectual que, tomando una caña, te recomienda a un autor absolutamente desconocido de un país remoto. Un nombre que no te dice nada pero que, cuando consigues un libro firmado por él, entiendes el porqué del premio. El Nobel no se regala, dicen muchos críticos (aunque para algunos el de Bob Dylan fue algo parecido). Y Abdulrazak Gurnah es un buen ejemplo de eso.

Su obra no ha estado muy presente en las estanterías de las librerías de nuestro país. Pero su galardón le llevó de los almacenes a lugares de honor. Ahora, la editorial Salamandra recupera un título publicado originalmente en 2005, El desertor. La historia de un aventurero inglés de finales del siglo XIX, Martin Pearce, decadente, andrajoso, harapiento, que es rescatado y ayudado por la población de un país del este de África.

Intercambio de papeles

Se produce así, en este libro de Gurnah, un intercambio de papeles. El aventurero europeo que llega a los países sin desarrollar es el desvalido, el hambriento. Y son los africanos los que, al contrario de lo que ocurre en Europa, con la hospitalidad como rasgo diferencial, les reciben, les cuidan y les salvan.

La prosa de Gurnah es un arma sencilla cargada de intención que va horadando en la calma del lector

Porque el propio autor vivió en primera persona una historia de éxodo y viaje.Como él mismo nos cuenta en esta entrevista, salió de manera ilegal de su Zanzíbar natal con tan solo 18 años. Una experiencia que, no solo marcó su vida, sino también su obra.

En El desertor, la prosa de Gurnah se muestra como lo que es, un arma sencilla, cargada de intención que, frase a frase, imagen tras imagen, va horadando en la calma del lector, generando una especie de desasosiego dulce, de pesar entretenido, con el que no solo entrelaza la realidad africana de finales de siglo XIX (aunque también nos lleva al Londres de los 50), sino que además es capaz de esconder una historia de amor tan imposible como común: la de un hombre blanco con una mujer negra.

Literatura poscolonial

Siguiendo la estela de sus obras más emblemáticas, Paraíso y La vida, después, este es otro gran ejemplo de esa literatura poscolonial que ha marcado la carrera del escritor tanzano, quien siempre ha dado voz a los olvidados. A los oprimidos.

'El desertor' es otro gran ejemplo de literatura poscolonial

En las entrañas de El desertor hay racismo, choques culturales y migración, curiosamente plasmada a través de un personaje que, sin ser el alter ego de Gurnah, tiene mucho de él (un joven que emigra a Inglaterra y acaba siendo profesor universitario). Pero, ante todo, esta es una novela histórica muy disfrutable.

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