Gabi Martínez

Editorial: Seix Barral

Año de publicación original: 2023

Los grandes escritores del pasado reciente imaginaron un futuro tecnológico, en el que el metal y las máquinas dominarían el mundo. Y así parecía ser hasta que la realidad del cambio climático se impuso y hubo que reimaginar el futuro.

Esta vez ya no sería gris, metálico y un caos de coches voladores sobre sucias ciudades hiperpobladas, el futuro que muchos quieren e imaginan será verde, con menos ruidos y donde las bicicletas y los coches eléctricos se impongan. Y en medio, el presente.

Hasta que las consecuencias reales de la concienciación ambiental sean patentes, perderemos espacios naturales, como el Delta del Ebro

Mientras ese futuro verde llega, todavía tenemos que pagar las consecuencias de años en los que creyeron, creímos, algunos creen todavía, que el progreso pasaba por arrasar bosques, llenar de humo los cielos, de tóxicos las aguas y convertir las ciudades en un desierto de asfalto y losetas feas con el triple de espacio para los coches que para las personas.

Hasta que las consecuencias reales de la concienciación ambiental sean patentes, tendremos que vivir un periodo de transición en el que perderemos animales, plantas, ríos y espacios naturales, como el Delta del Ebro.

Vivir en el Delta

"Como no es lo mismo contarlo que vivirlo", decían en aquel programa de televisión, Gabi Martínez se mudó un año a la Isla de Buda, al final del Delta, a una pequeña casa testigo de los buenos días cuando aquella pequeña isla la habitaron hasta setenta personas.

Está construida junto al mar, de modo que en cuanto suba la temperatura de las aguas sería la primera casa que el mar se tragaría, y con ella, un entorno único, hábitat de más de 500 especies como flamencos y caballos salvajes. Aunque cada año vaya desapareciendo un poco debido a las fuertes tormentas que arrastran la tierra a razón de unos metros al año.

"En cuanto suba la temperatura de las aguas, esta sería la primera casa que el mar se tragaría"

En principio su aventura iba a durar apenas unos meses, pero le recomendaron vivir el año entero para disfrutar de la experiencia completa. Nada tiene que ver el Delta en primavera que en otoño, ni los campos de arroz son los mismos ni las aves que lo visitan. Así, además, Martínez conocería a los habitantes del lugar, sus filias y sus fobias, por ejemplo, con los flamencos, a los que unos quieren respetar y otros prefieren no tener cerca porque les arruinan las cosechas.

Nature writing o liternatura

El resultado del experimento es Delta, un libro entre el reportaje y el ensayo, enmarcado dentro de esta corriente literaria llamada nature writing o liternatura, libros cuya concepción nace en la naturaleza y cuyo objetivo es crear conciencia en torno a su salvación.

Sin duda, una obra que nos hará reflexionar sobre el futuro que queremos.

VÍDEO | La primera casa de Europa que se tragará el mar está en el Delta del Ebro y Gabi Martínez vivió en ella