Mario Obrero

Editorial: La Bella Varsovia

Año de publicación original: 2022

"Sucede que mi juventud se erige sobre la albura de los fémures y el empaste de oro", dice Mario Obrero en un verso de Cerezas sobre la muerte. Porque él, voz de una generación, es consciente del pasado que removió la tierra de este país, de los huesos de los que cayeron y ya no se levantaron y del dolor silenciado que hizo falta para que los jóvenes de ahora sean. Estén.

Cerezas sobre la muerte es un poema corto, plagado de imágenes poderosas -"toda esta muerte nos toca el pelo mientras dormimos"- y de una sensibilidad exquisita en cinco lenguas (castellano, asturianu, galego, euskera y catalá) para poder hacer desaparecer el tiempo, estos 80 años, y acariciar con delicadeza a todos aquellos que detuvieron su historia abruptamente y el tiempo se comió su recuerdo.

Ruta al exilio

En el verano de 2021, una treintena de adolescentes de 16 y 17 años recorrieron lo que se conoció como la carretera de la huida. Aquellos caminos que sirvieron a más de 400.000 personas para huir del país. Fue un proyecto del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 llamado Ruta al Exilio.

Un pasado enterrado que, al contacto con la luz, refleja luces que parecían extintas, pero también esperanzas e incluso la belleza escondida detrás del horror

Uno de aquellos jóvenes fue Mario Obrero, que caminó por aquellas tierras de la provincia de Tarragona donde fueron asesinados y enterrados sin nombre un centenar de soldados republicanos. Sobre ellos, "los ojos desnudos quieren plantar cerezos sobre la muerte", como reza el primer verso de su poema. Intentando que la vida siguiera su curso y el pasado quedara bajo tierra para siempre.

Sin embargo aquellos cerezos crecieron débiles y el payés que trabajaba la tierra prefirió la memoria al olvido y cortó aquellos árboles. Esta historia tan simbólica se trasforma en un prisma de innumerables caras en los versos de Mario Obrero. Un pasado enterrado que, al contacto con la luz, refleja luces que parecían extintas, pero también esperanzas y rabia e incluso la belleza escondida detrás del horror.

Un poeta cargado de futuro

Mario Obrero publicó su primer poemario con 15 años,Carpintería de armónicos (2018, Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes) y con 18 se hizo con el prestigioso Premio Loewe a la Creación Joven. A los 20 presentó en TVE el programa 'Un país para leerlo', convirtiéndose en uno de los poetas más mediáticos de los últimos años. Pero su cara más expuesta no ha mermado su capacidad para sensibilizar, para escarbar en la realidad en busca de un mensaje social.

Y en Cerezas sobre la muerte muestra su lado más comprometido, más político. Combinando las cinco lenguas sin cursivas ni traducción, formando parte todo de un único mensaje, un canto a la memoria, a todo aquello que sucumbió al olvido, rescata a aquellos que perdieron su vida, arañando la tierra a golpe de palabras, verso a verso, para colmarlos de dignidad y recuerdo. Para que, apuntalado por el clavo de la poesía, lo que una vez fue olvidado permanezca para siempre en nuestra historia.