Jordi Évole entrevista al juez Santiago Vidal, en Badalona, frente al antiguo Tribunal del Orden Público, donde los ciudadanos se manifestaban en contra de la mili. Y es que, "la insumisión fue el primer gran movimiento de desobediencia civil en España", asegura el juez. La pena era de prisión y los desobedientes pasaban miedo.

Cuando llamaban a filas, los ciudadanos tenían que decir que "eran antimilitaristas, que por razones de conciencias no estaban de acuerdo con el servicio militar obligatorio y deseaban hacer una prestación social sustitutoria". Estas personas, al principio no tenían opción, "la objeción de conciencia no la reconocían". Por eso, "les declaraban desertores del ejército. por lo que les detenían y y les imponían una pena de prisión".

Esto era así, hasta que la prestación social sustitutoria se aprobó en 1990 y desapareció la competencia de jurisdicción militar.