Un presidente del Gobierno, 9 ministros, 12 embajadores, 2 presidentes de Telefónica, 3 directores generales de RTVE y numerosos altos cargos y grandes empresarios de este país tienen en común que estudiaron en el colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Salvados se fija en el programa del domingo en este colegio y en cómo las élites españolas estrecharon lazos estudiando en él.

Hablando con hasta trece exalumnos del colegio que han alcanzado puestos de responsabilidad en distintos ámbitos, Jordi Évole trata de descubrir cuál es el secreto del éxito de El Pilar y acaba consiguiendo un retrato de la élite de este país, una élite que no es accesible a los medios muy a menudo.

El programa habla con Juan Luís Cebrián, Antonio Garrigues Walker, Luis Alberto de Cuenca, Fernando Schwartz, Luis M Anson, Fernando Sánchez Dragó o el ex ministro de Suárez Ignacio Camuñas entre otros; todos ellos exalumnos de El Pilar, un colegio que trascendió a los medios cuando Juan Villalonga fue nombrado presidente de Telefónica durante el primer gobierno de Aznar. Ambos habían sido compañeros de pupitre en este colegio.

“Nos reconocemos unos a otros y nos ayudamos siempre que podemos”, “la educación era liberal, abierta y exigente”, “éramos unos privilegiados aunque entonces no éramos conscientes” o “en el primer consejo de ministros de Suárez miré alrededor de la mesa y vi que éramos 5 pilaristas de 16 ministros” son algunas de las frases de los exalumnos invitados al programa.

El historiador Luis Enrique Otero nos lo resume así: “En El Pilar estaban y se encontraban los que tenían que estar y se tenían que encontrar”. ¿Por qué ha salido gente tan importante de El Pilar? ¿Era el sitio dónde se encontraban los que se tenían que encontrar? ¿La educación de El Pilar estaba enfocada a alcanzar el poder? Cuando la élite teje una red de contactos, ¿se accede a puestos de responsabilidad por amiguismo o por meritocracia? ¿Cerraron el paso los pilaristas a otros igual o mejor preparados?