Bianca Dickinson, madre de Molly, se encontraba haciendo fotografías a la pequeña para una marca de ropa para niños en un largo camino que conduce a su casa cerca de Kaniva, una ciudad en Victoria, Australia.

Mientras hacía las fotografías, creyó ver que algo se movía cerca de ella pero pensó que era una rama de un árbol ya que hacía bastante viento. Lo cierto es que madre e hija estaban al lado de la segunda serpiente más venenosa del mundo.

"Cuando alcé la vista, estábamos a mitad de camino, pude ver la cola entre las piernas de Molly. Creo que estaba tocando sus botas. Estaba muy cerca", asegura la madre a 'Telegraph'.

Después de ver la serpiente dijo que se quedó en el sitio para dejarla pasar y que "afortunadamente" Molly también copió su postura. Pero más tarde, cuando vio las fotografías que había hecho con el teléfono se dio cuenta de que la serpiente se hallaba muy cerca y aparecía en tres imágenes.

"Fue horrible. Cada vez que cierro los ojos veo la gran serpiente y lo que podría haber sucedido. Imagino a Molly siendo llevada en una ambulancia", cuenta también a 'Telegraph'.

Cuando la madre mostró las fotos del móvil a su hija, esta dijo "soy yo". Pero afortunadamente, todo quedó en un susto y ella no fue consciente de lo sucedido en el momento.

Bianca compartió la espeluznante fotografía que hizo a la niña en su Facebook, diciendo: "¡No puedo creer que no la tocara! Una vez que estaba en casa comprobé mi cámara y encontré la sesión fotográfica"