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Un parásito de una especie invasora amenaza al galápago europeo en Galicia

Un parásito de una especie invasora amenaza al galápago europeo en Galicia

Investigadores de la Universidade de Vigo han analizado el estado de la infección en las tres poblaciones de galápago europeo que quedan en Galicia. Según sus resultados, el parásito Spirorchis elegans –introducido por una especie invasora– amenaza a dicho galápago en la Comunidad Autónoma. Es la primera vez que se detecta este patógeno de distribución americana en individuos europeos.

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El galápago europeo (Emys orbicularis) es una especie en peligro de extinción en Galicia desde 2007. Sus principales amenazas son la pérdida del hábitat, el pequeño tamaño de las poblaciones y la presencia de especies exóticas invasoras (EEI).

En este sentido, la liberación de las tortugas exóticas que se tienen como mascotas, como la de Florida, provoca efectos negativos, no solo porque compiten con la población autóctona por los recursos, sino porque también son el vínculo a través del cual se introdujo un parásito que provoca un alto índice de mortalidad entre los especímenes gallegos. En consecuencia, se podría confirmar que estas especies son una de las principales amenazas para el galápago europeo en Galicia si continúan introduciéndose en sus hábitats, al comercializarse como mascotas y posteriormente ser abandonadas.

Un grupo de trabajo, compuesto por investigadores del grupo de Parasitología de la Universidade de Vigo, del EcoEvo Lab, de la Asociación Herpetológica Española y del Vigozoo, fue el encargado de realizar un estudio financiado por la Xunta de Galicia para conocer el estado de la infección que provoca el parásito en las tres poblaciones naturales de galápago europeo que quedan en Galicia: Gándaras de Budiño y las riberas de los ríos Avia y Arnoia, además de la población introducida en el Parque Natural del Complejo Dunar de Corrubedo.

Los resultados acaban de publicarse en la revista Diseases of Aquatic Orgnanisms y confirman la presencia de adultos y huevos del parásito Spirorchis elegans en el organismo del Emys orbicularis en Galicia. Este hallazgo, como explica Raúl Iglesias, profesor de Parasitología del departamento de Biología Funcional y Ciencias de la Salud de la Universidade de Vigo, “es especialmente relevante porque es la primera vez que este patógeno, de distribución americana, se descubre en galápagos europeos, causando además una importante mortalidad”.

Los primeros animales afectados, en las Gándaras de Budiño en 2012

El profesor Iglesias explica que los primeros indicios de alteración en la conducta de las tortugas se detectaron en diciembre del año 2012, “cuando ciertos ejemplares de los humedales de Centeáns, en las Gándaras de Budiño, aparecieron activos en la época de hibernación, aunque sin signos aparentes de enfermedad”.

En la primavera de 2013 aparecieron los primeros individuos muertos o moribundos, a los que se les practicó una necropsia en el Vigozoo. “Fue entonces cuando los estudios de patología encargados por la Xunta de Galicia sugirieron como causa de la muerte la presencia de diversas lesiones asociadas a la presencia de huevos de parásitos en los tejidos y en los órganos vitales de los galápagos europeos y en ese momento fue cuando solicitaron nuestra colaboración”, destaca.

El primer paso fue examinar con detalle el sistema vascular de las tortugas en las necropsias y esto les permitió detectar los primeros adultos de estos parásitos, que finalmente se identificaron en el laboratorio como Spirorchis elegans. Estos patógenos llegaron a las zonas húmedas gallegas probablemente de la mano de tortugas americanas, que se comercializaron como mascotas.

Estas especies invasoras son “el principal anfitrión de este patógeno en el continente americano” y de este modo también lo transportan a Galicia, generando lo que los investigadores definen como “vertido parasitario” (parasite spillover). Esto supone que un parásito introducido con una especie exótica consigue transmitirse con éxito a otras especies indígenas.
 
Una infección que se puede tratar

A pesar de la gravedad de la situación, los investigadores destacan que las tortugas pueden tratarse satisfactoriamente si la infección es detectada a tiempo. En el caso del trematodo Spirorchis elegans, la patología se produce fundamentalmente “por la presencia masiva de sus huevos en los diferentes tejidos de los órganos vitales de la tortuga (cerebro, hígado, pulmones, tubo digestivo, riñones, bazo, etc.), lo que produce importantes cambios inflamatorios a nivel tisular, además de trombosis y embolismo por la acumulación de los huevos en el sistema vascular e infecciones secundarias”.

El estudio realizado por este grupo de investigadores también consistió en detectar los huevos del parásito en las heces de los galápagos europeos. Los animales identificados y localizados con vida fueron tratados en las instalaciones del Vigozoo, como señala el investigador de la AHE César Ayres, pero si la infección no se diagnostica y trata a tiempo, la mortalidad puede ser muy elevada. César Ayres explica que, de hecho, en la población de las Gándaras de Budiño murieron 11 tortugas, es decir, un 20% de los individuos residentes en esos humedales.

Sin embargo, aunque los primeros indicios de la presencia de estos patógenos y la enfermedad fueron detectados en las Gándaras de Budiño, los últimos estudios coproparasitológicos realizados por este equipo revelan que la infección “no se restringe únicamente a las tortugas de este lugar, sino que también hay algunos ejemplares infectados en la ribera del río Avia”, aunque sin haberse detectado la mortalidad entre las tortugas.

El profesor de la Universidade de Vigo Raúl Iglesias indica también que existe otro problema, ya que “este parásito necesita un anfitrión intermediario, un caracol acuático probablemente también exótico, por lo que habría que eliminar el foco (tortugas exóticas) pero también controlar a los caracoles”. Consideran que la identificación de estos anfitriones invertebrados es importante tanto para controlar la enfermedad, como para explicar por qué “este patógeno no fue detectado con anterioridad en otras zonas europeas cohabitadas por el galápago europeo y por las tortugas exóticas”.

250 ejemplares en toda Galicia

El Emys orbicularis fue catalogado en el año 2007 como una especie en peligro de extinción en Galicia, lo cual motivó que la Consellería de Medio Ambiente estableciese un Plan de Recuperación específico para este animal en el año 2013. Actualmente, la estimación es de aproximadamente "250 ejemplares repartidos en los núcleos de los ríos Louro, Avia y Arnoia”, recuerda el investigador César Ayres.

El Plan de Recuperación específico para la Emys orbicularis pretende garantizar tanto la supervivencia a largo plazo de las poblaciones de esta especie que aún existen territorio, como su reintroducción en otros hábitats potenciales de Galicia. Las actuaciones de este plan van dirigidas no solo a la protección y recuperación del hábitat natural de este animal, sino también al desarrollo de medidas para mitigar el impacto de las especies exóticas invasoras, como es el caso de las tortugas exóticas. Los investigadores destacan además que no es la primera vez que detectan que estas especies invasoras introducen en Galicia un parásito de procedencia americana.

“En el año 2006 publicamos el hallazgo de un coccidio intestinal proveniente de este continente que, afortunadamente, hasta ahora no causó efectos patógenos importantes sobre nuestro galápago europeo”. En este sentido, se acaba de publicar otro artículo en Francia donde queda demostrada la transmisión de otro tipo de helminto, diferente al Spirorchis, de las tortugas americanas a la especie europea Mauremys leprosa (galápago leproso).

Los investigadores proponen a mayores otras medidas a las administraciones para atajar este problema, que pasan por desarrollar técnicas de diagnóstico precoz para que se pueda tratar a las tortugas infectadas antes de que los huevos del parásito comiencen a generar la patología y a salir en las heces. Por otro lado, apuestan por implementar medidas para restringir la venta de tortugas exóticas e informar a la población de los riesgos asociados a la liberación de este tipo de mascotas y, de ser necesario, “tal y como se recoge en la legislación vigente, erradicar las EEI de las zonas húmedas”.

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