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LO LOCAL SATURA EL MERCADO INTERNO

El mercado del smartphone se estanca por culpa de China

Como el mundo es muy grande pensábamos que el mercado de los móviles no tendría fin, pero parece que ya está llegando a su tope

iPhone vendido en China

iPhone vendido en China Agencias

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Durante el pasado mes hemos ido viendo cómo las ventas de smartphones de diferentes compañías han sido más flojas de lo que Apple, Samsung, HTC, Huawei y demás hubieran querido. Resulta que hacia finales del pasado año fiscal, esto es hasta marzo de 2016, el número de teléfonos vendidos a lo largo y ancho del mundo se ha parado e incluso ha bajado un poquito, algo que no había pasado en conjunto hasta este momento.

¿Es el fin?

Nah. Sólo hay que tener en cuenta unos cuantos datos.

En primer lugar, que la única gran compañía que ha sufrido un golpe digno de mencionar y de analizar es Apple. Al ser la empresa más grande del mundo, es normal que sea la primera en notar temblores cuando se avecina un terremoto: sus beneficios han bajado un 16% en comparación con 2015 y es el primer año desde el lanzamiento del iPhone que las ventas del dispositivo han bajado.

Esto es algo a tener muy en cuenta porque es el teléfono más popular del mundo y el adalid de esta era en la que no puedes ir en el metro sin ver a alguien jugando al 'Candy Crush Saga'.

Samsung, HTC, Huawei y otras grandes empresas también han sufrido esta pequeña recesión en el mercado móvil, pero de forma mucho menor. Lo interesante es que Lenovo y Xiaomi, que son marcas chinas que estaban creciendo de forma espectacular y que se habían colado entre las compañías más importantes del mundo en este mercado también han bajado y han sido sustituidas por nombres que no suenan a casi nadie: Oppo y Vivo.

Aquí es donde esto se pone curioso. Oppo y Vivo son empresas chinas que producen sólo para su país y que son responsables de unos terminales de una gama inferior a los de la competencia pero que venden como churros en un país lleno de desigualdades.

Estas dos compañías parecen haber conseguido en el pasado año algo que nadie creía posible: hacer que China no quiera o necesite más terminales móviles. Al saturar el mercado, éste no acepta más iPhones, Samsung Galaxy ni otros teléfonos, y así nace un problema (para los de fuera).

No son pocos los analistas que están empezando a alarmarse y que dicen que ha llegado un momento en el que las grandes compañías no pueden crear nuevos compradores y que ahora están empezando a quitarse los consumidores los unos a los otros. Llevado a China, este problema es especialmente grave, pues empresas locales son las que están empezando a cortar el bacalao y a llevarse a la gente que no puede pagar un iPhone u otro teléfono de alta gama.

Si las cosas siguen así, puede que 2016 y 2017 sean los años en que veamos que las grandes empresas tecnológicas empiezan a pasar por ciertos apuros para que sus nuevos terminales sean significativos. Desde luego, un burgués neoyorkino seguirá cambiando de terminal cada año y se comprará el iPhone 7, pero resulta que hay muchos, muchos, muchos más chinos con un sueldo pequeño que snobs en Times Square, y Apple no vive sólo de estos últimos -por mucho que parezca que sí-.

Como siempre, estas empresas saben mucho de mercados y fluctuaciones y de cómo salir de estas situaciones, así que puede que se inventen algo distinto a los smartphones que vayan sustituyendo el mercado, pero todo apunta a que vamos a entrar en una etapa de transición algo extraña donde las vacas gordas van a empezar a adelgazar. ¿Cuánto? Va a depender de China, casi seguro.

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