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CREARON UN MERCADO, PERO NO HAN EVOLUCIONADO EL PRODUCTO

Apple presenta su nuevo iPad: ¿habrá estancamiento o revolución?

Apple presenta esta tarde la nueva versión del iPad, la sexta (sin contar los modelos mini) desde que anunció la primera versión del producto el 27 de enero de 2010. La tableta no llegó al mercado hasta abril del mismo año, cuando todavía había muchas dudas sobre su futuro, pero hoy, cuatro años y medio después, se han hecho un hueco en el mercado... aunque todavía haya gente que no sepa muy bien para qué sirven.

Distintos tipos de iPad

Distintos tipos de iPad y sus precios Agencias

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Apple vuelve a la carga con una keynote este jueves donde se espera que presente sus nuevos Mac, su nuevo SO para Mac, con mayor compatibilidad con iOS (para responder llamadas de teléfono desde el ordenador, por ejemplo), quizá un nuevo Apple TV... y un nuevo iPad. El problema es que este nuevo dispositivo podría suponer un punto de inflexión: lograron abrir un mercado inexistente hace cinco años, pero andan escasos de innovación y con la competencia mejorando a pasos agigantados. Les toca innovar... o estancarse.

Al principio de todo, cuando el producto surgió hubo dudas, aunque se despejaron pronto: 300.000 iPads vendidos el primer día, un millón en los primeros 28 días, dos millones en menos de 60 y tres millones en 80. Y así hasta los más de 200 millones que han vendido hasta la fecha. Desde ese primer tercer trimestre del año fiscal de Apple las ventas no dejaron de subir hasta 2014, el único año en el que hubo una ligera caída (9%) respecto al mismo período del año anterior. Y eso quiere decir algo, además de la crisis económica: al producto le falta aire fresco.

En cualquier caso, los de Cupertino consiguieron crear un mercado prácticamente de la nada. Antes del iPad existían las tabletas, pero no había interés por ellas. Después del iPad todos sus rivales se apresuraban por lanzar productos similares.

Uno de estos rivales fue Google. El buscador tardó casi un año en lanzar una versión de su sistema operativo diseñada específicamente para estos dispositivos (Android Honeycomb, que se presentó en febrero de 2011), aunque no todos los fabricantes esperaron a que estuviese disponible y pusieron a la venta productos con versiones modificadas de la plataforma. El resultado dejaba mucho que desear y esto ayudó a que Apple afianzase su posición. Hubo un tiempo en el que las únicas tabletas que funcionaban eran las de los de la manzana.

iPad Air 2

Con el tiempo las compañías aprendieron la lección y comenzaron a dotar a sus productos de personalidad o a atacar los puntos débiles del iPad. Samsung, por ejemplo, optó por la saturación y se dedicó a presentar dispositivos de todos los tamaños de pantalla imaginables. Apple dominaba las 9,7 pulgadas; Samsung, todo lo demás.

Eso sí, no todo fueron buenas noticias para la compañía coreana. En abril de 2011 Apple demandó a su rival por infringir su propiedad intelectual, tanto por usar algunas de sus patentes como por inspirarse en el diseño de algunos de sus productos. Aunque en la demanda se hacía referencia principalmente al iPhone, la firma también apuntaba a algunas de las tabletas de Samsung, como Galaxy Tab.

Esto comenzó una guerra de patentes que deterioró las relaciones entre ambas empresas (durante un tiempo Samsung fue uno de los proveedores de Apple mientras luchaban en los tribunales) y se sucedieron los cruces de acusaciones y los juicios, que trataron desde patentes tan amplias como la tecnología de deslizar para desbloquear al diseño de los dispositivos.

Tu iPad va a echar fuego este verano (en sentido figurado)

Los juicios tuvieron lugar en varios países y, en general, la gran vencedora fue la firma de Cupertino, que llegó a conseguir la retirada de algunos de los productos de Samsung de países como Alemania. Además, un jurado estadounidense condenó a la empresa a pagar más de 119 millones de dólares a su rival (que pedía una compensación cercana a los 1.000 millones).

Por su parte, Google rápidamente comprendió que para atraer usuarios a su plataforma necesitaba desarrolladores (y sus aplicaciones), pero que estos no llegarían si no había público para sus apps. Este dilema parecía más propio de una clase de Filosofía que de un despacho, pero tenía una solución sencilla: el camino más corto al corazón de los clientes pasa por su cartera. La gama Nexus ya se había utilizado para demostrar de lo que eran capaces los teléfonos con Android y pronto tuvo dos nuevos miembros con pantalla de 7 y 10 pulgadas (fabricados por Asus y Samsung, respectivamente). Se vendieron prácticamente a precio de coste, ya que los beneficios que buscaba la compañía en este caso no eran monetarios.

Amazon hizo algo parecido con sus Kindle Fire. Sin embargo, en su caso el objetivo no era mostrar las bondades de Android (de hecho, utilizan una versión tan modificada del sistema que es prácticamente irreconocible), sino dotar a los usuarios de su tienda de una forma todavía más sencilla de comprar sus productos, especialmente los virtuales, como libros electrónicos, películas, música o aplicaciones.

Ipad 2

Y, claro, si hay una fiesta en el sector de la tecnología, no puede faltar Microsoft. Los de Redmond tardaron en llegar, pero apostaron más fuerte que nadie por el mundo táctil. Tanto, que concibieron su sistema operativo con este método de entrada de comandos en mente. Windows 8 fue una de las primeras pruebas de que la cosa iba en serio.

El sistema también supuso un cambio en la filosofía de Microsoft, que hasta el momento se había dedicado al software y había dejado el hardware para sus socios (con la excepción de periféricos y su división de consolas). Junto a Windows 8 llegaron las primeras versiones de Surface, un dispositivo que aspiraba a ser un híbrido entre tableta y portátil con lo mejor de ambos mundos.

Curiosamente, la versión que mejores críticas ha recibido es Surface Pro 3, que llegó al mercado hace unos meses y que prácticamente renuncia a ser considerada una tableta. Además, el gigante tecnológico acaba de dar los primeros detalles sobre su próximo sistema operativo, Windows 10, y parece evidente que saben que se precipitaron con Windows 8. El 10 (que se salta al 9) supone es una transición mucho más suave entre el escritorio tradicional y el táctil.

Y es que aunque hoy, casi cinco años después de ver por primera vez un iPad, las tabletas están presentes en un gran porcentaje de hogares (según datos de Pew Research, a finales de 2013 uno de cada tres estadounidenses de más de 16 años tenía uno de estos terminales), aún hay muchas personas que no tienen claro por qué deberían comprar una tablet. Un estudio de Kantar publicado en marzo de este año aseguraba que un 53% de los encuestados no tenía planeado comprar una tableta en los próximos 12 meses. ¿El motivo?

Un 72% estaba contento con su ordenador, un 42% simplemente no tenía interés en hacerlo y un 31% no le veía sentido a estos productos. El reto para Apple, Samsung, Google o Microsoft es hacerles ver que están equivocados. Y Apple tiene que hacerlo, además, antes de que le adelanten sus competidores.

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