TECNOLOGÍA WISP
Inventan un ordenador sin batería que chupa la energía del aire
La tecnología WISP ('Wireless Identification and Sensing Platform') podría ser la solución a uno de los principales quebraderos de cabeza a los que deben enfrentarse las grandes firmas tecnológicas, como conseguir ampliar la autonomía de sus dispositivos sin que aumente su peso ni su tamaño.

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Es uno de los factores claves a la hora de elegir un 'smartphone' u otro, una u otra tableta, e incluso a la hora de decantarnos por un ordenador portátil u otro. Sin duda, la batería juega un papel determinante a la hora de comprar los distintos dispositivos que utilizamos en nuestro día a día. Por este motivo, las grandes compañías trabajan para ofrecer a los usuarios aparatos con mayor autonomía. En esta misma dirección, investigadores de todo el mundo tratan de crear las baterías del futuro.
Un buen ejemplo es la tecnología WISP (siglas de 'Wireless Identification and Sensing Platform'), un diminuto ordenador desarrollado por investigadores del Sensor Lab de la Universidad de Washington en colaboración con un equipo de la Universidad Técnica de Delft, en Holanda.
Se trata de un artefacto que, al contrario de lo que ocurre con los dispositivos que tenemos a nuestro alcance a día de hoy, no necesita conectarse a la corriente eléctrica para funcionar.
WISP ha sido diseñado para ser capaz de convertir las ondas de radiofrecuencia en electricidad. Es decir, este ligero y delgado aparato transforma las ondas que permiten que funcione el wifi, la Televisión Digital Terrestre o el 3G de nuestro 'smartphone', en la energía necesaria para realizar pequeñas tareas.
Es un proceso conocido como retrodispersión. Obviamente, todavía se encuentra en una fase temprana de desarrollo, por lo que solamente podríamos hacer con él algunos sencillos procesos.
“No va a ejecutar un videojuego, pero puede monitorizar los datos de los sensores y llevar a cabo algunas tareas mínimas de procesamiento, así como comunicarse con el mundo exterior”, apuntaba Aaron Parks, uno de los investigadores de la Universidad de Washington que participan en el proyecto.
Como Parks comentaba, este pequeño ordenador está equipado con un acelerómetro y sensores de temperatura. Pero poco más. De hecho, resulta imposible comparar sus funcionalidades con las del móvil que llevamos en el bolsillo: la potencia de su procesador apenas se asemeja a la de una ‘fitband’.
Sus creadores, no obstante, aseguran que aún queda un largo camino por recorrer hasta que un ordenador o un teléfono móvil pueda funcionar en base a la electricidad generada a partir de captar las ondas de radiofrecuencia.
Pese a esto, y aunque ya existen chips autosuficientes energéticamente, este pequeño ordenador desarrollado por investigadores de las universidades de Washington y Delft ya es diez veces más potente que cualquier otro.
Su ancho de banda es similar al del bluetooth de baja energía de, por ejemplo, los auriculares que utilizamos para salir a correr.Además, gracias al trabajo de los investigadores de la universidad holandesa de Delft este dispositivo se puede reprogramar de forma inalámbrica. Algo que, por ejemplo, también pueden hacer otros ordenadores diminutos como puede ser una placa de Arduino o Raspberry Pi, que tienen una mayor potencia.
Ahora, se pueden descargar e implementar nuevas funciones o corregir fallos existentes sin necesidad de conectar WISP a ningún otro dispositivo, simplemente a través de wifi.
Con todo ello, la tecnología WISP tiene multitud de aplicaciones. Sin ir más lejos, gracias a los sensores que incorpora sería idóneo para el ámbito de la arquitectura. Se podría integrar en las distintas estructuras para así saber si existe algún desperfecto que pueda ocasionar un derrumbe de la misma.
En caso de que se produzcan grietas en los cimientos por culpa de un terremoto, esta tecnología podría detectarlo para evitar males mayores. Todo, sin aumentar el consumo energético.
También se podría utilizar en el campo de la medicina, para monitorizar la salud de los pacientes a los que se les ha implantado algún dispositivo. Hay quien también plantea su uso en el terreno de la agricultura. Al ser tan sumamente ligera y ser autosuficiente energéticamente, podría instalarse uno de estos artefactos en cada una de las plantas de un gran cultivo para que sus propietarios tengan la certeza de que no hay contratiempos con la cosecha.
Incluso, aplicándolo al mundo de la tecnología, este tipo de dispositivos que captan la energía de las ondas de radio podrían permitir que nuestros 'smartphones' mandaran un mensaje de emergencia en caso de que su batería se haya agotado.
Mientras otros apuestan por fabricar las baterías con materiales más ligeros, los creadores de la WISP han optado por una nueva forma de producir la energía que mantenga en funcionamiento nuestros dispositivos tecnológicos.
Ahora solo queda esperar para comprobar si este tipo de tecnología, que nos permitiría deshacernos de cables y de la corriente eléctrica tradicional, es realmente viable o no. ¿Estará en el aire el futuro de las baterías?
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