GBOARD, EL ÚLTIMO EN UNIRSE A UNA LISTA QUE ABRIÓ NEXT
El futuro de los teclados: de la búsqueda integrada de Google a la escritura con una mano de Microsoft
El objetivo de los teclados ya no es sólo escribir: también quieren que escribas más y más rápido, y que combines otras funcionalidades que hagan más sencilla tu vida.

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Desde que Apple permitió la llegada de teclados de terceros con iOS 8 a finales de 2014 -algo que Android hacía ya- cada vez hay más y mejores opciones, que han pasado de meras reformas estéticas a vitaminar y versatilizar la introducción de texto desde el móvil.
Un buen ejemplo es el teclado Next, que apareció en Kickstarter pidiendo 10.000 dólares para salir adelante y acabó consiguiendo 65.000. El problema: tras su fulgurante aparición en la App Store y todas las expectativas levantadas, se evaporó del interés de los medios y de los rankings de descargas de la App Store.
Sobre el papel figuraba mucho más interesante que en el uso real. En cualquier caso, el legado de Next, más allá de su teclado, es lograr demostrar que hay un interés real en ir más allá con los teclados virtuales.
Hacer más en menos. Arañar segundos de escritura. Ser capaz de mucho más que insertar texto y emojis sin tener que irnos a otra app o al navegador. Y en esa batalla, lo de escribir mediante gestos deslizando el dedo, en plan Swype o SwiftKey, quedó como un estándar más que como una innovación hace mucho.
Un buen ejemplo de esta tendencia tomada en serio por las grandes tecnológicas, y no sólo por pequeños estudios independientes, es la llegada de Word Flow, un producto de Microsoft en casa del enemigo. Más allá de sus cuestionables posibilidades estéticas, su interés radica en la posibilidad de mostrar el teclado rotado y en diagonal, como nunca lo habíamos visto, para facilitar la escritura a una sola mano. Porque la época de los iPhone donde era sagrado el alcance de toda la pantalla con una mano ya pasó.
Más reciente aún es Gboard, el teclado de Google que también ha llegado a casa del taimado enemigo. Si Microsoft desequilibró la balanza hacia la ergonomía, Google lo hace hacia la funcionalidad: incluir un minibuscador de webs, fotos y GIFs es lo mejor que le podía pasar a cualquier teclado de smartphone.
Para Google, una ventaja añadida: se aleja más todavía de la 'amenaza' que le pueda suponer Bing y deja dentro de su granja particular al usuario de una forma aún más cómoda. Por otro lado, los datos que deja un teclado virtual son especialmente interesantes de cara a una empresa que vive principalmente de la publicidad segmentada. Sí, exacto, como Google.
El próximo paso, más allá de anécdotas como la de Fleksy y su buscador de GIFs y memes integrado, o los dibujos a mano alzada de DrawType, es seguir permitiendo hacer cada vez más desde el teclado. En las primeras generaciones de sistemas operativos basados en pantallas táctiles el único aporte respecto al teclado físico ha sido la paginación (varios modos sin que se solapen teclas) y la posibilidad de ocultarse, dejando de estorbar en pantalla cuando no era necesario.
Ahora, con las últimas propuestas, estamos viendo que los desarrolladores, de grandes empresas o de pequeños estudios, cada vez tienen más imaginación y encuentran mejores formas de explotar el rectángulo en el que se sitúa el teclado. También arriesgan más: no hace tanto lanzar un teclado seis letras con la promesa de escribir mucho más rápido hubiese parecido una entelequia, pero Fast Type lo hizo y, como mínimo, obtuvo visibilidad. O Sunset, el calendario adquirido por Microsoft, que integra un calendario en el teclado llamado Meet para poder ver huecos en la agenda sin abandonar la conversación
Dentro de cinco años es posible que veamos posibilidades que hoy ni imaginamos… De forma similar a cómo en 2011 teníamos posibilidades muy limitadas en comparación a las que ahora ya podemos utilizar.
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