Este coche del MIT hace lo que los Tesla y los Google no: esquivar peatones por la acera
Este coche no sólo transitará por las calles de Massachusetts, sino que también lo verán los estudiantes esquivando peatones por las aceras del campus.

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Con la cantidad de proyectos que existen en torno a los vehículos autónomos, ya es hora de hacerse a la idea de que más pronto que tarde tan solo tendremos que sentarnos, indicar el destino y será el coche quien nos lleve al lugar indicado. No obstante, todavía surgen nuevos proyectos que persiguen hacer este transporte más eficiente, rentable y seguro.
Es el caso del nuevo proyecto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), con el que se pretende que los alumnos se desplacen a un punto u otro del campus a bordo de sus coches inteligentes, que circularán tanto por las calles como por las zonas peatonales.
Tanto los investigadores del MIT como la compañía Ford, que ha participado en este proyecto, no tienen dudas a la hora de asumir el riesgo que esto entraña. No sólo porque estos vehículos no transitarán a gran velocidad por ninguna zona, sino porque tienen la firme convicción de que no ocasionarán ningún percance. Esto se debe, en gran medida, a que durante mucho tiempo han trabajado en implementar una tecnología que, un año atrás, tan solo se atrevían a probar en un laboratorio y con un coche teledirigido.
En agosto de 2015, Mark Cutler y Jonathan P. How publicaron un vídeo en el que mostraban los ensayos realizados con un pequeño vehículo manejado por radio control que incorporaba una tecnología capaz de aprender y cambiar de dirección si encontraba algún obstáculo en su camino. Todo ello, mientras derrapaba sin que se perdiera en ningún momento el control.
Poco a poco, sin que intercediera ningún humano, el coche inteligente fue capaz de ir adquiriendo el control de la situación para realizar la maniobra que le habían enseñado de la forma idónea. Al final, tenían que girar alrededor de otro vehículo que primero estaba parado y luego emprendía la marcha, para desplazarse por el resto de la habitación. La inteligencia artificial con la que fue equipado el coche teledirigido logró que sólo impactase contra el otro vehículo en dos ocasiones.
Durante el verano de 2015, los investigadores del Aerospace Controls Laboratory también compartieron otro vídeo en el que explicaban las distintas variables que incorporaban los sistemas con los que equipaban sus coches autónomos para que pudieran seguir un trazado y, en caso de encontrarse con un obstáculo o de tener que cambiar de carril, pudieran retomar su rumbo de la forma más rápida y eficiente posible. Es lo que ellos llaman el PID-control.
Todos estos trabajos previos han contribuido al nuevo proyecto del MIT, que comenzará su primera fase de pruebas el próximo mes de septiembre. Gracias a los sensores LiDAR y a las cámaras que incorporan los nuevos vehículos, serán capaces de identificar todo aquello que encuentren en su camino, desde señales de tráfico hasta estructuras o personas, y así seguir la ruta trazada con un riesgo mínimo de causar algún percance.
Durante los últimos cinco meses, los vehículos han rastreado el flujo de estudiantes de un lado a otro del campus. Con todos esos datos, combinados con otros factores como los horarios de las clases o las inclemencias climáticas que pueden alterar las rutas de quienes allí estudian, han podido determinar cuál es la dirección habitual de los peatones y aquellos lugares en los que podrían instalar las paradas de estos vehículos autónomos.
De esta forma, al igual que esta tecnología permitirá conocer mejor cómo se mueven los alumnos por el campus, también podrá servir para conocer el flujo de quienes viven en una ciudad. Saber en qué áreas y hacía dónde se dirigen habitualmente los ciudadanos, y así poder mejorar la calidad de los servicios de transporte urbano. Por ahora, los profesores y alumnos que participarán en las pruebas tendrán una aplicación en su smartphone desde la que solicitar a los vehículos que se detengan en el lugar en que ellos se encuentran.
“Gracias al sistema de movilidad a la carta que se está desarrollando para el campus del MIT, el Aerospace Controls Laboratory puede investigar nuevos algoritmos de planificación y predicción en un entorno complejo pero controlado, al mismo tiempo que proporciona un banco de pruebas para los investigadores y un servicio a la comunidad del MIT”, explicaba el profesor Jonathan P. How, director de este laboratorio.
Por si quedaba alguna duda de los numerosos beneficios que reportarán los coches autónomos a la sociedad, ya conocemos algunos más que engrosarán la lista. Un transporte más eficiente y funcional que aprenderá cómo se mueven quienes lo usarán diariamente para así ser más eficientes y seguros. Si en el campus del MIT funciona, ¿por qué no las calles de nuestra ciudad?
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