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LLEGA LA FIEBRE DE LOS 'ROBOTS BLANDOS'

Conoce a Robo-pez: los robots ganan 'flow' al perder el miedo a chocar

Seguro que algunos de los que estáis leyendo estas líneas tenéis una pecera en casa. Y sus habitantes serán peces al uso ¿verdad? Nada más aburrido. ¿Qué te parecería hacerte con un robo-pez? Sí has leído bien, un pez robot que será el mayor objeto de deseo de los amantes de los peces más geeks.

La tecnología da vida y alegría a tu pecera

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Aunque ya existían algunos prototipos de peces robot ninguno se puede comparar al que recientemente han presentado en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology. Este tipo de robots recibe el nombre de “robots blandos” y se han puesto tan de moda en Estados Unidos y entre la comunidad científica que ya tiene incluso su propia revista: Soft Robotics.

El caso es que el nuevo espécimen que presenta el MIT es capaz de escurrirse de tus manos como una mismísima anguila de la Albufera valenciana y por supuesto nada perfectamente si lo sumerges bajo el agua, cambiando incluso de dirección.

Pero, ¿para qué demonios sirve un pez robot? Desde el MIT confían en que servirá para conocer los fondos marinos o cómo se comportan los peces “reales” en las corrientes marinas o en sus propios bancos. Otra de las aplicaciones que sugiere el centro estadounidense es la de llegar a lugares de difícil acceso, vigilar instalaciones submarinas o embarcaciones sumergidas.

El pez está formado por una estructura interna que es donde se aloja el hardware tecnológico del pez en sí. A través de un ordenador se envían las órdenes a estas “tripas” para que el alegre pececillo se mueva como en los fondos oceánicos. La cubierta exterior es la parte blanda del “animal” que además cuenta con unos poros que desprenden dióxido de carbono y que le permiten moverse como si fuera un pez real.

Actualmente, el pez tiene una autonomía de 20 minutos, pero los investigadores ya trabajan en nuevos ejemplares capaces de aguantar 30 minutos y que desprendan agua bombeada para moverse por el líquido elemento.

Además, el prototipo cuenta con hasta 30 movimientos diferentes, lo que le asemeja en gran medida a los peces reales. Según sus creadores esta característica será de gran ayuda si se desea incorporar uno de estos robots a los bancos de peces reales y conocer sus costumbres en el hábitat natural.

"Estamos entusiasmados con los robots blandos por una serie de razones", asegura Daniela Rus, profesora de Ciencias de la Computación e Ingeniería, directora del laboratorio de Computación e Inteligencia Artificial del MIT así como una de las investigadoras que diseñaron y construyeron el curioso pececillo. "A medida que los robots penetran en el mundo físico y comienzan a interactuar con la gente es mucho más fácil hacer robots totalmente seguros. Sus cuerpos son tan blandos que no hay peligro de hacer daño”.

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Otra razón para estudiar los robots blandos, dice Rus, es que "con estas máquinas, todo el problema de la planificación robótica cambia". Al parecer, en la mayoría de los sistemas de planificación de movimiento robótico se busca evitar colisiones con el entorno en el que se mueve el robot. Esto conduce a menudo a un movimiento ineficaz, debido a que el robot tiene que conformarse con buscar trayectorias libres de colisiones.

Con robots blandos la colisión apenas plantea peligro ni para el robot ni para el entorno, según señalan los investigadores. "En algunos casos esto es realmente ventajoso ya que estos robots chocan con elementos del entorno y pueden utilizar estos puntos de contacto como forma para llegar a su destino más rápido", dice Rus.

Pero el nuevo pez robot fue diseñado para explorar una tercera ventaja de estos robots blandos: "El hecho de que el cuerpo se deforme continuamente da a estas máquinas una infinita gama de configuraciones, y esto no se puede lograr con las máquinas que están articuladas", dice Rus. La curvatura continua del cuerpo de los peces cuando se flexiona es lo que le permite cambiar de dirección tan rápidamente. "Un robot de cuerpo rígido no podía hacer flexiones continuas", explica la profesora.

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