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EL PELLET, EL REY DE LA BIOMASA

¿Calentarse en invierno a mitad de precio? Sí, con restos de madera

El pellet, derivado de la madera, tiene la misma fuerza calorífica que un litro de gasóleo, pero cuesta la mitad. El ahorro para los usuarios propulsa el sector de la biomasa, que crece un 20% cada año. A este ritmo se crearían 250.000 nuevos empleos para 2020.

Pellets de madera

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Un bloque de viviendas de Valladolid ha hecho historia en la ciudad. Los 240 vecinos del edificio Grial son los primeros que se calentarán este invierno con derivados de madera sustituyendo al gasóleo, el combustible que han utilizado durante los últimos 30 años. El cambio les ahorrará 41.000 euros anuales y para costear la instalación no han necesitado hacer una derrama ni pedir un crédito al banco: la nueva sala de calderas que calentará el agua y servirá para hacer funcionar la calefacción se ha costeado a través de una empresa de servicios energéticos que se financia con los ahorros que los vecinos obtendrán respecto al gasóleo.

Cada vez más particulares y empresas llaman a la puerta de la biomasa, o sea, el uso de restos de madera, olivar y desechos agrícolas para calentar edificios como alternativa a la quema de gas y otros combustibles fósiles. También puede emplearse para generar electricidad, de hecho ya funcionan algunas plantas de producción eléctrica a base de paja y restos forestales, pero el elevado coste de transportar la materia prima desde el monte hasta las plantas y el recorte a las ayudas económicas a las renovables han condenado esta vía de desarrollo.

“El camino es el uso térmico [calefacción], hay un interés bárbaro de particulares, empresas nuevas e inversores porque es un combustible muy competitivo”, resume Javier Díez, presidente de Expobioenergía, la feria del sector que se celebró a finales de octubre en Valladolid.

Para hacerse una idea, dos kilos de pellet, un derivado de madera con forma de bolas de pienso para animales, tiene la misma fuerza calorífica que un litro de gasóleo, y cuesta la mitad. Por un litro de gasoil para calefacción a un euro se compran dos kilos de pellet por 50 céntimos.

Esta enorme ventaja ha convertido esta materia prima en la reina de la biomasa en España, con el 50% del mercado. Y con ella, el número de empresas instaladoras. En tres años, las compañías dedicadas a este sector han pasado de 259 en 2010 a 750 en 2013. “Este crecimiento responde a empresas ya consolidadas, pero muchos de los nuevos emprendedores vienen del sector de la construcción”, apunta Díez.

El sector calcula que al ritmo de crecimiento actual, que roza el 20% cada año, se podrán crear 25.000 nuevos puestos de trabajo para 2020, “de los cuales al menos el 75% son sostenibles en el tiempo para mantener los equipos y suministrar el biocombustible”.

Salamanca ocupa uno de los primeros puestos en instalación de calderas de biomasa en bloques de edificios, con 56 instalaciones registradas, de las que 10 se han realizado a lo largo de este año.

Más difícil será subir el número de kilovatios de electricidad a base de restos forestales. La oferta de energía eléctrica sigue sin cruzarse con la demanda, en caída libre desde el comienzo de la crisis. A este exceso de fuentes de energía en la red, se añade el frenazo de las renovables que ha significado la reforma eléctrica del Gobierno lanzada antes del verano, que impone a las instalaciones de energías limpias alcanzar una rentabilidad media del 7,5%. “Por ahora no sabemos qué alcance tendrá, habrá que ver los costes de combustible, de operación y de mantenimiento, sin eso no podemos hacernos una idea”, matiza Díez.

En 2011 se habían instalado 650 megavatios de potencia de biomasa, un 17,2% más que en 2010, según datos de la Comisión Nacional de la Energía.

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