Jorge Sosa, de 73 años, vive en un piso compartido "con otros tres abuelos más" en Valencia, tal y como él mismo contó. "Vengo en representación de una ONG que se llama 'Hogares compartidos', de Valencia", indicó, al tiempo que expresó que "Valencia está de moda, por lo que los alquileres han subido muchísimo".
En la misma línea, Jorge lamentó que "conseguir un alquiler más o menos razonable es poco menos que imposible". "Tenemos una larga lista de espera de gente mayor de 65 años con muy pocos recursos. ¿Qué hacemos con esa gente?", se preguntó el hombre, quien indicó que, "concretamente, esta semana hay un piso que hay que dejar porque el propietario, con todo su derecho, lo ha solicitado", y están con "la incertidumbre de dónde poner a esa gente". "Tenemos una larga lista de espera de gente que, como digo, está poco menos que a pie de calle con 65 o más años, lo que agrava mucho más la situación", denunció.
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"Es un fracaso que haya gente muriéndose en la calle mientras hay recursos suficientes para que se garantice una vivienda, pero estos recursos están secuestrados", ha asegurado Karla Pisano, del Sindicato Vivienda Socialista de Euskal Herria.