Julia es monja, Hermanita de la Asunción, y es una de las voluntarias del banco de alimentos de la Asociación de Vecinos Ciutat Meridiana. Gracias a un servicio como ese se evita que en el barrio haya más conflictividad social. “No deja de ser un parche”, comenta. La solidaridad es una tarea lenta y donde muchas personas están “pasivas”.
La mujer ha participado para evitar desalojos y está a favor de las ocupaciones: “Tener una vivienda es un derecho humano” pero que “se comporten”. “Si la casa es de un banco revienta la puerta y entra” siempre y cuando no perjudique a los vecinos, aclara.
Artur Mas este verano negaba que en Cataluña se estuviera pasando Hambre. Julia no está de acuerdo con el presidente de la Generalitat. “Los niños van al cole sin haber comido nada”, asegura.