Tanto Mariano Rajoy como los ministros de Hacienda y Economía insisten en pronosticar un inminente fin de la recesión, incluso antes de fin de año. Basan sus positivas valoraciones en distintos datos.
Uno de los últimos que hemos conocido, el del paro. Baja en 127.248 personas en junio; y en total, en el primer semestre, defiende el presidente del Gobierno, se ha reducido en 85.000 personas, cambiando la tendencia de 2007.
Otro de los indicadores a los que recurren: el déficit. En el primer trimestre era del 1,19%, menor que en el mismo periodo en 2012. Hacienda presume además de buen dato del PIB, porque se contrajo tres décimas menos que el último registro.
No se quedan atrás con las valoraciones positivas de la inflación. Dicen que a finales de 2013 estará por debajo del 1%. Según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, esta posible bajada de los precios mejorará el poder adquisitivo y facilitará también la salida de la crisis.
Otra de las principales razones por las que lanzan este optimismo es el comercio exterior. El déficit comercial se ha reducido un 60% con respecto a 2012 y han aumentado las exportaciones, las importaciones y la inversión exterior. También se apoyan en el plan PIVE 2 que ha relanzado las ventas de automóviles, aunque sólo las de particulares. Aún así, junio es el tercer mes consecutivo de crecimiento.
Dos últimos datos: aumenta el comercio minorista y el turismo, que también ayuda. Razones suficientes para el gobierno y su mensaje de optimismo económico.
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