Estas pruebas aún se encuentran en fase de desarrollo y evaluación científica. Los estudios disponibles indican que su exactitud varía según el tipo de cáncer y la población estudiada, y hasta ahora no existen ensayos clínicos controlados que confirmen sus beneficios a largo plazo. Los especialistas advierten que los MCED deben considerarse herramientas complementarias, y no como un reemplazo del cribado tradicional ni de vigilancia médica rutinaria. La investigación en curso busca determinar qué pruebas son más eficaces, cómo implementarlas y en qué grupos de población funcionan mejor.
Precaución en su uso
Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) han evaluado los beneficios, riesgos y precisión del cribado mediante MCED en adultos asintomáticos tras una revisión sistemática.Los resultados publicados en Annals of Internal Medicine, revelaron que no existen estudios controlados que demuestren los beneficios del cribado con estas pruebas. Además, la evidencia disponible fue considerada insuficiente para evaluar los perjuicios y la precisión de las pruebas.
Los autores del Centro de Práctica Basada en la Evidencia RTI-UNC y de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio, revisaron estudios realizados entre el 1 de enero de 2013 y el 26 de diciembre de 2024. Analizaron tanto ensayos controlados sobre detección, mortalidad y calidad de vida, como estudios no controlados sobre perjuicios de la evaluación diagnóstica y precisión de los test.
Hallazgos principales y limitaciones
En cuanto a la precisión, incluyeron 20 estudios que abarcaban 19 tipos distintos de pruebas, y observaron que la exactitud varía considerablemente en función del diseño de cada investigación, el tipo de cáncer y las características de los participantes.Un estudio controlado informó un perjuicio asociado al cribado y dos perjuicios derivados de la evaluación diagnóstica, pero la calidad de la evidencia fue considerada insuficiente debido a limitaciones metodológicas y resultados inconsistentes. Aun así, algunas de estas pruebas ya se comercializan.
Los investigadores coinciden en que aún existen importantes lagunas de conocimiento y recomiendan que los próximos estudios se deberían centrar en evaluar el impacto sobre la mortalidad por cáncer, los beneficios y perjuicios en diferentes poblaciones, la rentabilidad y el momento óptimo para repetir el cribado. También destacan la necesidad de comunicar mejor los riesgos y beneficios de estas pruebas, tanto a los profesionales sanitarios como a los pacientes, para facilitar decisiones informadas.