Así, España se sitúa como el segundo país, tras Suecia (63 %), donde más preocupa la salud mental, que supera a otras afecciones como el cáncer (51 %); el estrés (36 %); la obesidad (29 %) y el tabaquismo (19 %). Estos datos constatan cómo la pandemia ha actuado de acelerador, según Ipsos, puesto que en 2018 la salud mental preocupaba sólo a un 23 %.

La misma tendencia presenta el estrés, que ha subido del 25 % al 36 %, lo que coloca a España como el tercer país de Europa, por detrás de Francia (38 %), Polonia e Italia (35 %), donde más ha aumentado esta preocupación.

Diferencias por género y edad

El desasosiego por la salud mental es mayor entre las mujeres (67 %), a las que también les preocupa el cáncer (56 %) y el estrés (43 %), mientras que a los hombres les intranquiliza más la obesidad (33 %) y el tabaquismo (23 %) que a ellas. También hay diferencias por edades: los más mayores de la generación 'baby boomer' señalan al cáncer como la primera preocupación (63 %), seguido de la salud mental (57 %) y la obesidad (34 %); mientras, la generación Z prioriza la salud mental (63 %), seguida del estrés (35 %) y el tabaquismo (32 %). Casi dos tercios (63 %) piensan a menudo en su salud mental, seis puntos más que en 2024, siendo las mujeres (70 %) y las generaciones más jóvenes, 'millennial' (72 %) y 'Z' (67 %), las que lo hacen más a menudo.

Por el contrario, los hombres (56 %) y los más mayores (53 %) dicen que apenas lo hacen. Sin embargo, la mayoría piensa más en su salud física (77 %); en este caso, también las mujeres (81 %) y 'millenials' (79 %) lo hacen con más frecuencia. Con todo, nuestro país es uno de los que más valoran el bienestar psicológico, con un 14 % de personas que lo coloca por encima de la física; sin embargo, casi la mitad de la población española (48 %) piensa que el sistema sanitario sigue priorizando la salud física sobre la mental.

El estrés ha paralizado a un 47 %

Un 61 % de los encuestados se ha sentido tan estresado que su vida diaria se vio afectada de manera significativa una o varias veces en el último año, sobre todo las mujeres (37 %) y los grupos de edad más jóvenes (un 40 % los 'millennial' y un 36 % los 'Z'). Casi la mitad, el 47 %, ha llegado en algún momento a un punto en el que no podía hacer frente a las cosas debido al estrés, mientras que un 37 % sufrió episodios de depresión prolongada una o varias veces al año.

En este caso, los 'Z' son los que más se han visto obligados a faltar al trabajo debido al estrés (17 %) y también quienes más han considerado la autolesión o el suicidio (12 %). Pese a ello, un 43 % no ha hecho nada para abordar su malestar, una cifra que se acrecienta en los hombres (47 %) y en los 'baby boomer' (70 %), mientras que los 'Z' muestran mayor predisposición a pedir ayuda y a hablar abiertamente de su bienestar emocional.

Acudir a un profesional no siempre es la primera elección para muchas personas y tienden a confiar en sus círculos más cercanos: el 33 % ha hablado con familiares o amigos frente a un 17 % que recurrió a la ayuda de un psicólogo o psiquiatra. Mujeres y jóvenes son quienes buscan más apoyo en los especialistas y los que más recurren a medicamentos.