El estilo de vida, así como padecer algún tipo de alteración metabólica como sobrepeso u obesidad, aumentan en gran manera el riesgo de padecer diabetes. Se trataría así de unos factores más determinantes para prevenir esta patología que, por ejemplo, la predisposición genética a la enfermedad.

De hecho, como apuntan los resultados de un estudio multitudinario desarrollado por investigadores de la Universidad de Copenhague, padecer obesidad aumentaría el riesgo de diabetes de tipo 2 hasta 6 veces más que cualquier otro factor. No obstante, aquellos que presentan predisposición genética, además de un estilo de vida poco saludable y algún tipo de sobrepeso, cuentan con un riesgo 14,5 veces mayor de sufrir diabetes de forma más agresiva.

Pese a que el riesgo de desarrollar diabetes aumenta a medida que se suman factores, entre los que podría destacarse una vida más sedentaria y una peor alimentación, la obesidad se convierte en el mayor riesgo para esta patología. De hecho, el estudio demuestra que, incluso entre aquellas personas con un estilo de vida más saludable, así como con baja predisposición genética, la obesidad supone hasta 8 veces más posibilidades de terminar por desarrollar diabetes.

De esta manera, los responsables de la investigación destacan la importancia de adoptar dietas centradas en alimentos frescos y más saludables, así como en fomentar el ejercicio físico y evitar el sedentarismo. Una serie de medidas que, junto a un control del peso, pueden convertirse en los alicientes principales contra la obesidad y, al mismo modo, contra el riesgo de diabetes.