Investigadores del Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH), hallan cómo prevenir el dolor neuropático asociado a un componente de la quimioterapia del tratamiento del cáncer de colon, el segundo tipo de cáncer más diagnosticado.

Un alto porcentaje de pacientes oncológicos desarrolla hipersensibilidad al frío y al tacto en las extremidades y la boca al ser tratados con quimioterapia. Es lo que se conoce como neuropatía dolorosa por agentes quimioterapéuticos.

Los resultados del nuevo trabajo muestran que un tratamiento con un antagonista del receptor sigma 1, una proteína clave en el control del dolor, antes de la quimioterapia previene en gran medida el desarrollo de los síntomas neuropáticos asociados a la administración de uno de los componentes de la quimioterapia: el oxaliplatino.

Desarrollar esta neuropatía dolorosa condiciona la dosis máxima que se puede administrar de quimioterapéutico, lo que compromete su eficacia y la supervivencia del paciente. En algunos casos es obligado abandonar la quimioterapia, comprometiendo también la supervivencia del paciente.

El tumor colorrectal es el segundo más diagnósticado y constituye la segunda causa de muerte por cáncer.

Su tratamiento con quimioterapia incluye el uso de oxaliplatino en combinación con otros fármacos antitumorales.

El oxaliplatino provoca, en un elevado número de pacientes, adormecimiento o cosquilleos en los dedos o dolor en manos y pies al tocar objetos metálicos o al salir a la calle cuando hace frío o incluso al ducharse o lavarse las manos.

Todas estas molestias pueden llegar a afectar la realización de tareas del día a día, como caminar o vestirse.

La hipersensibilidad táctil y térmica en esta neuropatía se sabe que está asociada a alteraciones enun sensor molecular conocido como canal iónico TRPA1, descubierto por Ardem Patapoutian, reciente Premio Nobel de Fisiología o Medicina.

La investigadora Elvira de la Peña explica los resultados del estudio “Hemos utilizado técnicas bioquímicas que han demostrado que el canal TRPA1 necesita interaccionar con el receptor sigma-1, formando un complejo molecular, para su correcta expresión en la superficie de las neuronas".

"Después, comprobamos que los ratones tratados con el antagonista de Sigma-1, una proteína clave en el control del dolor, durante la administración del oxaliplatino normalizaron su respuesta a los estímulos dolorosos”, añade.

El estudio ha sido publicado en la revista científica ‘Brain’ tras varios años de investigación.

Aunque es preciso un ensayo clínico en pacientes, dado que se ha llevado a cabo en ratones, el investigador Félix Viana afirma que este hallazgo representa un paso importante en la comprensión de esta patología.

“Ofrece la esperanza de que en el futuro se pueda utilizar como una nueva terapia para el tratamiento y prevención de estos efectos secundarios tan incapacitantes de los tratamientos anticancerígerígenos”, concluye Viana.

Finalmente, para futuros estudios los investigadores del IN (UMH-CSIC) en Alicante se plantean determinar si lo que han descubierto para el oxaliplatino se puede generalizar a otros anticancerígenos utilizados en el tratamiento de otro tipo de tumores.