La salud del corazón no empieza en la adultez, sino mucho antes. Investigadores de la Universidad de Northwestern, en Chicago, han comprobado que los niveles de presión arterial en la infancia pueden marcar el futuro riesgo de sufrir una muerte prematura por enfermedad cardiovascular. Los resultados se presentaron en las Sesiones Científicas sobre Hipertensión 2025 de la Asociación Americana del Corazón y se publicaron en la revista JAMA.
Un marcador temprano de riesgo
El equipo analizó datos de unos 38.000 niños que participaron en el Proyecto Perinatal Colaborativo (PPC), el mayor estudio estadounidense sobre salud infantil. A todos ellos se les midió la presión arterial a los 7 años, y su evolución se siguió hasta una edad media de 54 años.
En total, se registraron 2.837 muertes, de las cuales 504 se debieron a enfermedades cardiovasculares. Los investigadores hallaron que tener hipertensión infantil o valores de presión arterial en el 10% más alto para la edad, sexo y altura, se relacionaba con un riesgo entre un 40% y un 50% mayor de morir por una patología cardíaca en la mediana edad.
Incluso las elevaciones moderadas fueron relevantes: los niños con cifras ligeramente superiores a la media presentaron un 13% más de riesgo (sistólica) y un 18% más (diastólica) de fallecer prematuramente.
El análisis de más de 150 pares de hermanos confirmó que este vínculo no podía explicarse únicamente por factores familiares o ambientales. Aquellos con tensión más elevada mostraron riesgos más altos que sus propios hermanos con valores más bajos. “Nuestros resultados resaltan la importancia de la detección de la presión arterial en la infancia y de promover una salud cardiovascular óptima desde los primeros años”, subrayó la doctora Alexa Freedman, autora principal del trabajo.
El estudio reconoce algunas limitaciones, como el hecho de basarse en una sola medición de la presión a los 7 años o que los datos procedan de cohortes de las décadas de 1960 y 1970, con estilos de vida distintos a los actuales. Aun así, los autores insisten en que el hallazgo es consistente: la presión arterial en la infancia deja una huella duradera en la salud del corazón.
Una lección de prevención
La investigación respalda las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría, que aconseja medir la presión arterial a partir de los 3 años en las revisiones médicas anuales. Detectar a tiempo valores elevados podría ser clave para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la vida adulta.
Cuidar el corazón empieza en la niñez. Vigilar la presión arterial desde temprano no solo ayuda a prevenir problemas inmediatos, sino que puede salvar vidas décadas después.