Para los expertos de la OMS estas semanas son un periodo crítica para asegurar la supervivencia del bebé y la madre, así como el desarrollo saludable de ambos y la recuperación física y psicológica de la madre.

Desde la organización lamentan que tres de cada diez mujeres y bebés no reciben una atención correcta en los primeros días. "El nacimiento de un bebé es un momento de amor, esperanza y emoción, pero que puede causar un estrés y ansiedad sin precedentes", asegura la directora de Salud Materna, Neonatal, Infantil y del Adolescente y del Envejecimiento de la OMS, Anshu Banerjee.

Además de abordar los problemas de salud más inmediatos, las primeras semanas tras el nacimiento son cruciales para establecer el vínculo el desarrollo y la salud del bebé a largo plazo.

Las directrices de la OMS incluyen recomendaciones sobre el asesoramiento en materia de lactancia, apego, colocación del bebé y cómo los padres pueden atender al bebé.

Con estas nuevas recomendaciones, la OMS pretende aportar una guía para crear una experiencia postnatal positiva para las mujeres, los bebés y sus familiares.

Entre las recomendaciones, destaca que la atención debe perdurar al menos 24 horas después del parto, con un mínimo de tres controles en las primeras seis semanas. Estos controles deben incluir visitas al domicilio para que el profesional sanitario pueda apoyar la transición a la atención en el hogar. También ofrecer apoyo y asesoramiento en la recuperación y los problemas de salud que puedan surgir en las progenitoras, como el dolor perineal y la congestión mamaria.

Asimismo, la OMS recomienda trabajan en la detección de anomalías oculares y auditivas en los recién nacidos y una vacunación al nacimiento; apoyo para ayudar a las familias a responder a las señales de los bebés; asesoramiento sobre lactancia materna, acceso a la anticoncepción postparto y promoción de la salud.

En cuanto al número de controles, las directrices recomiendan contactos postnatales adicionales para mujeres y recién nacidos sanos entre 48 y 72 horas, entre siete y 14 días y durante la sexta semana después del nacimiento. Si se detectan riesgos para la salud, es probable que se requieran más revisiones y que el tratamiento sea necesario mucho más allá de esas primeras semanas.