El hallazgo, publicado en la revista Journal of the American Chemical Society, supone un avance en el diseño de fármacos dirigidos a canales iónicos, proteínas de la membrana celular implicadas en patologías tan diversas como trastornos psiquiátricos, enfermedades neurológicas o distintos tipos de cáncer.
Los canales iónicos, dianas clave para nuevos tratamientos
Estas proteínas regulan el paso de iones hacia el interior de las células y son esenciales en funciones como la transmisión nerviosa, la contracción muscular o la respuesta inmune. Cuando fallan, pueden desencadenar problemas graves de salud, lo que los convierte en objetivos prioritarios para la investigación farmacológica.
Hasta ahora, estudiar la interacción de un fármaco con estas proteínas requería aislarlas, un proceso laborioso que además podía alterar su comportamiento. La nueva técnica, basada en resonancia magnética nuclear, permite observar estas interacciones dentro de células vivas, lo que aporta información más realista y biológicamente relevante.
Más rápida, sencilla y económica
El método destaca por su simplicidad: los experimentos duran menos de una hora y no necesitan complejos procesos de purificación de proteínas. “Podría convertirse en una herramienta estándar para entender cómo la estructura química de un fármaco se traduce en un efecto terapéutico”, señalan los investigadores.
El equipo ha probado la técnica en receptores P2X7, canales iónicos relacionados con la depresión, algunos trastornos del espectro autista y ciertos cánceres. Con ella lograron identificar, sobre células vivas, qué partes del fármaco interactúan con la proteína, lo que permite optimizar su diseño y eficacia.
La combinación con modelos informáticos en 3D desarrollados en el CSIC permitió, además, confirmar qué predicciones virtuales coincidían con lo observado en el laboratorio. “Es como una llave y una cerradura: no basta con encontrar la llave correcta, también necesitamos saber cómo encaja mejor”, explica el investigador Jesús Angulo.
Un impulso a la investigación biomédica
Esta innovación no solo agiliza el desarrollo de nuevos fármacos, también abre la puerta a tratamientos más personalizados y efectivos en áreas tan diversas como las enfermedades cardiovasculares, metabólicas, neurológicas u oncológicas.
En palabras de los autores, supone un paso más hacia medicamentos más seguros, específicos y ajustados a las necesidades reales de los pacientes.
La ciencia sigue mostrando que cada avance tecnológico puede marcar la diferencia en la lucha contra algunas de las enfermedades más complejas de nuestro tiempo.