El estudio revela que este fármaco, al inhibir las deacetilasas de histonas, demuestra potencial en la atenuación de lesiones cerebrales y la promoción de la recuperación del tejido. Los resultados, publicados en 'Biomedicine and Pharmacotherapy', resaltan la importancia de explorar este tratamiento más allá de la fase preclínica, subrayando la urgencia clínica y respaldando futuras investigaciones preclínicas para evaluar su eficacia y seguridad en pacientes que han sufrido un ictus. El ictus isquémico es la segunda causa de muerte en todo el mundo y se produce cuando el flujo sanguíneo no puede llegar al cerebro debido a una obstrucción. Durante un momento más o menos largo, el cerebro no recibe oxígeno y esto provoca daños y deterioro funcional.

Ictus cerebral
Ictus cerebral | Pixabay

La hipertensión es el factor de riesgo modificable más frecuente de ictus y se asocia con peores recuperaciones. "Vimos que tan solo con una única dosis de fármaco, aplicado durante el período de reperfusión, se conseguían prevenir múltiples factores asociados a la patología del ictus. Esto abre camino a la investigación con este tipo de tratamiento más allá de la fase preclínica", explica la primera autora del artículo Andrea Díaz investigadora de la UAB y del CIBERNED. Además, el personal investigador demuestra que el tratamiento protege no solo al cerebro, sino también a los vasos que lo rodean, y lo hace incluso pasadas unas horas después del ictus.

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"Dada la necesidad clínica urgente de fármacos para tratar el ictus isquémico agudo, y que el vorinostat está aprobado para uso humano, estos hallazgos deben incentivar el abordaje de más investigaciones preclínicas que evalúen, por ejemplo, su efecto en hembras y animales viejos, en modelos animales con otras comorbilidades comunes de ictus como la diabetes, sus efectos a largo plazo, etc. Esto abriría el camino para el correcto diseño de futuros ensayos clínicos que prueben su eficacia y seguridad en pacientes que han sufrido un ictus", concluye el coordinador del estudio Francisco Jiménez-Altayó, investigador del Departamento de Farmacología, Terapéutica y Toxicología de la UAB y CIBERCV.