Este estudio lo han realizado las investigadoras Marta Artal y María Jesús Rodríguez, profesoras de la Universidad Pablo Olavide (UPO) e investigadoras del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD).

El avance realizado puede ayudar a entender y tratar enfermedades que tengan relación con la disfunción mitocondrial y la regulación génica. La proteína, según explican desde la UPO, es esencial para la producción de energía celular y la mutación SIN-3 provoca una desregulación de la expresión génica, según ha demostrado el trabajo hecho sobre el nematodo C. elegans, siendo esta la primera vez que se investiga sobre un organismo completo.

Una científica usando un microscopio.
Una científica usando un microscopio. | EFE

Con el desarrollo de la investigación han podido observar que esa desregulación se manifiesta en un desequilibrio que implica la fragmentación de la mitocondria, la alteración en el consumo de oxígeno y la acumulación de poliaminas. Esto ocurre porque la expresión de genes codificados en el genoma mitocondrial aumenta y los genes mitocondriales codificados en el núcleo disminuyen.

La mitocondria

En el funcionamiento de las células la mitocondria es una parte esencial, porque se encarga de la respiración celular, oxida las moléculas de alimento para conseguir generar la energía necesaria para la célula, un proceso que se lleva a cabo con la creación de sofisticados complejos proteicos en su membrana interna.

Los resultados arrojados por la investigación ayudan a que se comprenda cómo el regular la transcripción genética puede afectar a la función de la mitocondria, aclara la universidad. Por ello, continua, es necesario que haya un ensamblaje correcto de los complejos proteicos esenciales para la respiración celular.