Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se ha celebrado este 8 de mayo, especialistas de los hospitales Quirónsalud en Sevilla han recordado que una gran mayoría de mujeres (hasta el 93 %) presenta síntomas en el año previo al diagnóstico de este tipo de tumor. Sin embargo, su carácter inespecífico hace que muchas veces pasen desapercibidos, retrasando el inicio del tratamiento.
Según datos de la Sociedad Andaluza de Oncología Médica (SAOM), en Andalucía se detectaron unos 650 nuevos casos de cáncer de ovario durante el año 2024, de los cuales 138 se localizaron en la ciudad de Sevilla, convirtiéndola en la capital andaluza con mayor incidencia.
Aunque representa solo el 3 % del total de tumores diagnosticados en España, el cáncer de ovario es uno de los más agresivos. La doctora Margarita Cano, del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, y el doctor José Antonio Vargas, del Hospital Materno-Infantil Quirónsalud de Sevilla, coinciden en que la ausencia de un programa de cribado y la imprecisión de los síntomas iniciales explican que aproximadamente el 85 % de los casos se diagnostiquen en fases avanzadas.
Entre los síntomas más comunes destacan el aumento del tamaño abdominal, distensión, dolor pélvico o abdominal, pérdida de apetito y urgencia urinaria. Cano insiste en que, aunque estos signos pueden parecer banales o comunes, su persistencia en el tiempo y su impacto en la calidad de vida deben alertar tanto a pacientes como a profesionales sanitarios. Una detección temprana mediante estudios de imagen puede marcar la diferencia en el pronóstico.
Los principales factores de riesgo asociados a este cáncer son, en su mayoría, no modificables: la edad avanzada (especialmente entre los 55 y 65 años), antecedentes familiares y la presencia de mutaciones genéticas en los genes BRCA1 y BRCA2.
No obstante, el panorama terapéutico está evolucionando. El doctor Vargas destaca la irrupción de tratamientos con fármacos dirigidos como los iPARP, que actúan inhibiendo la reparación del ADN en células tumorales, lo que favorece su destrucción. “Han supuesto una auténtica revolución”, señala, ya que están mejorando significativamente las tasas de supervivencia.
En cuanto a la prevención, Cano aclara que, aunque no hay medidas universales consensuadas, existen factores protectores conocidos, como el uso prolongado de anticonceptivos hormonales, la lactancia materna, o la salpingectomía profiláctica (extirpación de trompas) en pacientes con riesgo genético elevado. También se considera eficaz la extirpación preventiva de ovarios y trompas en mujeres portadoras de mutaciones específicas.
Ambos especialistas concluyen apelando a la concienciación: aprender a identificar los posibles signos del cáncer de ovario, consultar al especialista ante cualquier síntoma persistente y valorar la historia familiar son pasos clave para mejorar el diagnóstico precoz y salvar vidas.