La tuberculosis es una de las enfermedades más antiguas y comunes en el mundo. En 2017 había diez millones de personas contagiadas, de las cuales 1,6 millones murieron.

Esta enfermedad es causada por la inhalación de la 'bacteria Mycrobacterium' que se puede encontrar en el aire hasta varias horas después de que un afectado estornude o hable en ese sitio. Esta bacteria afecta principalmente a los pulmones y tiene la capacidad de bloquear la respuesta inmunológica de nuestro organismo inyectando en las células, a modo de secreción, factores de virulencia. A este mecanismo se le denomina T7SS.

Actualmente se utiliza el mismo tratamiento desde hace 40 años. Está muy anticuado y las bacterias cada vez son más resistentes, por lo que es necesario renovarlo rápidamente. El Centro Internacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) junto con la Universidad de Würburg ha conseguido un gran avance en este sentido gracias la impresión 3D de un modelo de T7SS.

Se han creado tres moldes distintos de la estructura del T7SS con los que se ha conseguido conocer la forma que tiene nivel atómico. Para saber cómo es su funcionamiento, los investigadores han usado la 'bacteria M. smegmatis' puesto que ambas tienen el mismo sistema de secreción. El resultado de la investigación ha mostrado que en el T7SS contribuyen varios tipos de proteínas.

Por su parte, desde España se han aportado conocimientos en criomicroscopía electrónica, una técnica con la que se consiguen imágenes de alta resolución de las estructuras moleculares con la que se han conseguido especificar cada factor que está implicado en el mecanismo.

A causa de este gran hallazgo, se contempla la posibilidad de crear medicamentos con nuevos componentes que en vez de eliminar las bacterias, bloqueen su virulencia. Pero, para conseguir esto, es necesario seguir investigando en profundidad el funcionamiento del mecanismo T7SS.