La quimioterapia, pilar del tratamiento oncológico desde hace décadas, no es eficaz en todos los pacientes: entre un 20 % y un 50 % de los enfermos sufren sus efectos secundarios sin obtener beneficio clínico. Con el fin de abordar este desafío, un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en colaboración con la Universidad de Cambridge y la spin off Tailor Bio, ha desarrollado un método basado en biomarcadores que predicen en qué pacientes los fármacos habituales (platino, taxanos y antraciclinas), no serán efectivos, posibilitando una medicina de precisión con quimioterapias estándar.

Firma de inestabilidad cromosómica como biomarcador

El enfoque parte de la observación de que muchos tumores acumulan alteraciones en el número de cromosomas, generando un patrón característico de inestabilidad cromosómica. Mediante análisis genómicos, los investigadores han definido firmas de esta inestabilidad que funcionan como biomarcadores de resistencia: si un tumor exhibe determinada firma, es previsible que no responda a la quimioterapia estándar. Esto permite anticipar la falta de eficacia y derivar al paciente a terapias alternativas o ensayos clínicos con opciones dirigidas, evitando tratamientos innecesarios y tóxicos.

Desarrollo y validación en datos de pacientes

Para validar estos biomarcadores, el equipo aplicó un “ensayo emulado” utilizando datos existentes de 840 pacientes con distintos tipos de cáncer (mama, próstata, ovario y sarcoma), que habían recibido quimioterapia basada en platino, taxanos o antraciclinas. Los resultados demostraron que los biomarcadores identificados predicen con fiabilidad la falta de respuesta en estos subgrupos, mostrando su aplicabilidad transversal a varios tumores. Gracias a ello, se propone un test genómico capaz de dirigir la administración de quimioterapias estándar solo en aquellos pacientes con alta probabilidad de responder.

Impacto clínico y ahorro sanitario

El uso de estos biomarcadores aporta beneficios individuales y sistémicos: los pacientes evitarían efectos secundarios inútiles, mejorando su calidad de vida, y el sistema sanitario reduciría costes asociados a tratamientos ineficaces y al manejo de complicaciones derivadas de la quimioterapia. Según Geoff Macintyre, líder del Grupo de Oncología Computacional del CNIO, “hemos hallado la manera de hacer medicina de precisión con quimioterapias estándar”.

Publicación y respaldo científico

El estudio se ha publicado en la revista 'Nature Genetics', con Joe Sneath Thompson,Bárbara Hernando (CNIO) y Laura Madrid (Tailor Bio) como primeros autores. En el artículo, los autores destacan que los biomarcadores permiten estratificar a pacientes con quimioterapias que no fueron diseñadas originalmente como terapias dirigidas, ampliando el concepto de medicina personalizada más allá de los fármacos de diana.

Próximos pasos: validación clínica

Para trasladar la tecnología al entorno hospitalario, el CNIO ha recibido financiación del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, en colaboración con Tailor Bio y el Hospital Universitario 12 de Octubre. El proyecto evaluará los biomarcadores en muestras reales ya disponibles, con el objetivo de demostrar su viabilidad clínica y estarlistos para ensayos prospectivos en 2026. Este proceso contempla la integración en la práctica clínica de un test genómico que oriente el uso de quimioterapias estándar según el perfil genómico del tumor.

El estudio ha contado con apoyo del Instituto de Salud Carlos III, el Ministerio de Ciencia e Innovación, Cancer Research UK y la Fundación “la Caixa”. Asimismo, la validación en entorno clínico se ha beneficiado de fondos NextGenerationEU del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Estas colaboraciones subrayan la importancia de la persistencia y la alianza público-privada para convertir descubrimientos en herramientas clínicas prometedoras.

Si el test genómico demuestra su eficacia en ensayos clínicos, cientos de miles de pacientes al año podrían beneficiarse de un enfoque más preciso en la selección de quimioterapias, extendiendo el concepto de medicina personalizada a fármacos estándar. Además, la metodología basada en firmas de inestabilidad cromosómica puede aplicarse a otros tratamientos y tumores, fomentando investigaciones futuras en biomarcadores predictivos y nuevas estrategias terapéuticas.