La atrofia muscular espinal es una de las enfermedades neuromusculares degenerativas más graves de la infancia y, aunque es poco frecuente, provoca altas cifras de mortalidad. Tiene un origen genético y causa debilidad muscular generalizada progresiva lo que provoca que los niños no puedan caminar. 

Por eso, esta nueva estructura podrá evitar la aparición de complicaciones asociadas a la pérdida de movilidad y se sitúa con una alternativa a la terapia de rehabilitación actual.

Este exoesqueleto se encuentra en fase preclínica, y ha sido patentada y licenciada conjuntamente por el CSIC y su empresa de base tecnológica Marsi Bionics, nacida hace tres años con el fin de dar vida al exoesqueleto pediátrico.

El dispositivo ha sido fabricado con aluminio y titanio y está diseñado para imitar el comportamiento natural del músculo y de aportar la fuerza de la que carece quien lo usa, permitiendo, así, que el paciente pueda volver a caminar. 

Así, unos largos soportes, llamados órtesis, que se ajustan y se adaptan a las piernas y al tronco del niño.

En las articulaciones, una serie de motores imitan el funcionamiento del músculo humano y aportan al niño la fuerza que le falta para mantenerse en pie y caminar. Este exoesqueleto está dirigido a niños de entre tres y 14 años y podría modificarse según las necesidades de cada niño.