Los polifenoles, que se encuentran en el aceite de oliva, disminuye la posibilidad de padecer estas dolencias en un 30%. Los expertos insisten en que es difícil encontrar un fármaco que reduzca el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares pero que el aceite de oliva y la dieta mediterránea pueden ayudar para cumplir este objetivo.

Así, hace más de una década nació Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea), con el fin de encontrar soluciones a través de la nutrición, un proyecto en el que intervienen investigadores de primera línea de toda España.

Así, se analizaron a 7.500 personas sanas, de entre 55 a 80 años, con riesgo a padecer estas enfermedades y se les distribuyó entres grupos. Unos realizaron una dieta baja en grasas (grupo de control), a otros se les aportó 30 gramos de frutos secos al día y los últimos utilizaron un litro de aceite de oliva virgen durante la semana.

Los datos de esta investigación fueron claros: el riesgo a sufrir una cardiopatía de las personas, que habían empezado a consumir alimentos de la dieta mediterránea, se redujo en un 30% al aumentar el hidroxitirosol procedente del aceite de oliva virgen.

Así, se ha demostrado que los alimentos relacionados con hidroxitirosol protegen contra las enfermedades cardiovasculares.