La placenta es un órgano complejo y mal entendido que apoya el desarrollo del feto en el útero, alimenta al bebé y proporciona una barrera contra la propagación de microorganismos de una madre infectada al feto, explica la investigadora principal, Carolyn Coyne, profesora de Microbiología y Genética Molecular en la Escuela de Medicina de Pitt y miembro de la MWRI, cuyos resultados se publican en 'Science Advances'.

"La placenta humana es única y diferente a la de otros muchos mamíferos placentarios, señala. Con nuestro nuevo modelo en el juego de herramientas de investigación, nosotros y otros científicos esperan poder avanzar en el conocimiento de la placenta, examinar su función y aprender cómo se puede prevenir la mayoría, pero no todas, las infecciones maternas que causan problemas para el bebé.

Hoy en día,  los científicos pueden obtener y estudiar las líneas de células de la placenta, pero estas células no se fusionan de forma espontánea para formar la estructura característica del órgano humano. 

Algunos investigadores estudian células, llamadas trofoblastos humanos primarios, aisladas de las placentas tras el parto, pero estas células no se dividen, pueden ser más difíciles de obtener y son más difíciles de manipular genéticamente para aprender sobre las rutas bioquímicas que tiene un papel esencial en la función de la placenta. 

El equipo de Coyne decidió cultivar una línea de células del trofoblasto placentario humano en un sistema de microgravedad de un biorreactor desarrollado por la NASA. 

Se añadieron trofoblastos junto con células de los vasos sanguíneos a pequeñas perlas de dextrano que luego se volcaron en un recipiente lleno de líquido de cultivo celular, creando tensión de corte y fuerzas de rotación para imitar mejor el medio ambiente en la interfase materno-fetal que los sistemas de cultivo de células estáticas.

Entender la placenta podría algún día conducir a formas de prevenir daños en el feto a partir de las llamadas infecciones TORCH: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes y VIH, agrega. 

Los investigadores están comenzando a utilizar su modelo para probar si el virus Zika y otros patógenos vinculados con enfermedades congénitas pueden infectar células de la placenta y/o cruzar la barrera placentaria.