La premisa de la 'Guía para sobrevivir en el Espacio' está clara. Con mucho menos de lo que pensamos y algunos conocimientos de química podemos sobrevivir en el más desapacible de los lugares. Con la hipótesis del náufrago espacial, Jordi Pereyra nos demuestra que podemos convertir las piedras en agua potable y transformar el hielo en agua para respirar.

Para que llegue el momento en el que el ciudadano medio tenga que escapar a otro planeta falta mucho tiempo

El autor y divulgador científico señala que "para que llegue el momento en el que el ciudadano medio tenga que escapar a otro planeta falta mucho tiempo". Pero asegura que no hay que bajar la guardia porque "el cambio climático es una realidad que está ahí". Por eso nos propone, de una forma divertida, empezar a aprender las nociones de química, física y astronomía que nos ayudarán, incluso, a vivir mejor en La Tierra.

Un huerto en el espacio

Uno de los conceptos esenciales de esta novela científica es la necesidad irrenunciable de tener un huerto en el espacio. Sacar nutrientes de las piedras es algo más complejo que beber piedras o respirar hielo. Por eso necesitaremos plantas que lo hagan por nosotros. Pereyra apunta que "algunas bacterias comestibles y ciertas algas serán nuestras principales fuentes de alimento" cuando estemos ahí fuera.

Algunas bacterias comestibles y ciertas algas serán nuestras principales fuentes de alimento

Lo cierto es que resulta muy curioso asomarse a las descripciones ilustradas en este libro desde la hipotética conversación entre el astronauta y su ordenador, con las que el autor trata de hacernos entender cómo funciona el mundo más allá de nuestro mundo. Este libro supone un esfuerzo divulgador que convierte el acto estudiar ciencia en algo entretenido y, quién sabe si algún día, en una cuestión de supervivencia.