Xavier Le Clerc

Traductor: David Martín Copé

Editorial: Cabaret Voltaire

Año de publicación original: 2023

Sinopsis: Albert Camus destapa las miserias de Cabilia en una serie de reportajes de 1939 para un diario de Argelia. Decide poner el foco allí donde nadie quiere mirar: un pequeño poblado devorado por la pobreza donde los niños comen raíces o restos de basura que se disputan con los perros para sobrevivir.

La historia de esos menores raquíticos que conmovieron al Nobel de Literatura es la del padre de Xavier Le Clerc. Esta obra es el intento de su hijo por ahondar en el pasado migratorio de una familia numerosa con 9 hijos e hijas. En sus páginas describe en primera persona el constante sacrificio y desarraigo de su familia y conmovedoras reflexiones en torno a la identidad.

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Este libro es un ejercicio de sinceridad y un intento de dignificar a sus antecesores. Es también esa carta que nunca le llegó a mandar a su padre, analfabeto, al que regala un sentido homenaje en cada página.

Xavier Leclerc se desnuda. Nos transporta a esas penurias que vivió en el seno de una familia migrante que busca en Francia una salida a las miserias de su Cabilia natal. Su testimonio hace las veces de documento historiográfico (como esas crónicas de Camus) de cómo los migrantes ayudaron a reconstruir el país en la posguerra, y también de ese documento identitario que busca una y otra vez honrar a su castigada ascendencia.

El recorrido por sus raíces lo convierte en una lectura que atrapa, y que conforme va avanzando nos deja descender hasta las capas más profundas de su psique. Allí podemos acompañar al autor por duras escenas de su infancia, su funambulismo entre los dos mundos que habitaba en los que era incapaz de aceptar, entre otras cosas, su orientación sexual.

Todo entronca en el momento en que, décadas más tarde, decide cambiarse de nombre y apellidos. Como una crisálida que se abraza a su piel original, el autor se enfrenta al conflicto identitario y del arraigo, dividido entre si está negando a su padre o si está materializando lo que él quiso legarle: un futuro digno. Indica, además, que su nombre en euskera significa 'casa nueva', y así opera Xavier Le Clerc cuando diluye "como azúcar en el agua" su antiguo nombre Hamid Ait-Taleb, tratando de impedir que pisoteen la "dignidad de su patrimonio".

Con los cimientos de una literatura deliciosa, edifica un tributo muy personal a todas esas familias que huyeron con el estómago vacío a buscar un futuro sin ningún tipo de protección internacional ni de título por labrarse un futuro. Y también a las familias que perecieron en el intento.