Año 2016. Hubo que esperar casi seis décadas desde la consolidación de la Revolución Cubana para ver unas imágenes históricas: los Rolling Stones actuando en un país, Cuba, el el que sus congéneres tuvieron que escucharlos siempre a escondidas.

Por si fuera poco, la puerta que Mick Jagger utilizó para entrar en la isla había sido cruzada tan solo cuatro días antes por Barack Obama. Era la primera vez que un presidente en activo de los Estados Unidos visitaba la república caribeña desde el embargo económico impuesto en 1958, y se crearon grandes expectativas.

El espejismo del deshielo

Para el escritor Leonardo Padura, había un "movimiento social, económico y político que indicaba que podía pasar algo". Pero todo se quedó en un espejismo, alimentado también por el desfile de la firma francesa Chanel, que llenó de glamour las esquinas de los barrios habaneros. Padura señala que "la historia demostró que pasaron muy pocas cosas, o tardaron mucho tiempo en pasar".

"La historia demostró que pasaron muy pocas cosas"

En efecto, todo se terminó cuando llegó al poder Donald Trump. Pero aquellos hitos son hoy el contexto histórico de su última novela, en la que el mítico policía Mario Conde trata de resolver las incógnitas de un misterioso asesinato. El escritor asegura que "necesitaba un personaje incorruptible porque juzga constantemente a una sociedad en la que ocurren corrupciones".

Esa misma sociedad que el autor conoce bien porque vive en La Habana, al igual que su personaje y que puede juzgar con la libertad que su notoriedad como creador le ha otorgado con el paso del tiempo.